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Entre libros y jornadas laborales: la historia de Marco, un estudiante trabajador con vocación y convicción

por | May 23, 2025

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Culiacán, Sinaloa-. Para Marco Antonio López, estudiante de sexto semestre de Ingeniería Industrial en el Instituto Tecnológico de Culiacán, el Día del Estudiante no es solo una fecha simbólica: es un recordatorio diario del esfuerzo, la resiliencia y la esperanza que implica formarse profesionalmente en medio de una doble jornada como estudiante y trabajador.

Desde los 17 años, Marco ha combinado aulas y empleos, una rutina que a sus 24 años se ha convertido en parte esencial de su vida.

“A veces resulta agotador, estresante, pero tiene muchas gratificaciones. Me ha dado independencia y me ha ayudado a encontrar mi vocación”.

Su camino no ha sido lineal. Inició una carrera que no le convencía, y fue la experiencia laboral la que le abrió los ojos hacia su verdadera pasión: la ingeniería industrial.

“Trabajando empecé a desarrollarme en otras áreas y me di cuenta de que quería algo diferente, gracias a estudiar y trabajar al mismo tiempo, encontré lo que quiero ser”.

Marco reconoce que en su familia nunca ha faltado lo esencial, pero que, ante las limitaciones económicas, decidió trabajar para no solo apoyar, sino también costearse algunos gustos personales: salir con amigos, invitar a su pareja, y sobre todo, aliviar un poco la carga en casa.

Pero no todo es fácil, su rutina implica madrugar para estudiar y luego embarcarse en largas jornadas laborales, muchas veces hasta altas horas de la noche.

“He tenido trabajos donde salgo a las 11 o 12 de la noche, a veces ni siquiera ceno. Duermo poco, y eso ha afectado mi rendimiento en la escuela, si tienes ganas, si tienes convicción, vas a seguir adelante”.

Ser estudiante para Marco no es solo un paso académico, sino un acto de esperanza.

“Significa que queremos ser una mejor versión de nosotros mismos, y eso ya es una forma de cambiar al país, tal vez no hacemos cambios enormes, pero sin duda somos quienes lo moverán en el futuro”.

Con una sonrisa y una profunda humildad, Marco concluye: “Es un orgullo ser estudiante, y también un orgullo ganarme la vida dignamente”.

Revisión: Manuel Prieto

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