Este 2025 se cumplen 57 años de la matanza de Tlatelolco, un hecho que marcó para siempre la historia de México. El 2 de octubre de 1968, la represión del gobierno federal contra estudiantes y civiles dejó cientos de muertos y heridos, convirtiéndose en una de las violaciones a los derechos humanos más graves y visibles del país. Desde entonces, cada año familiares, activistas y organizaciones sociales recuerdan a las víctimas y exigen justicia.
El movimiento estudiantil de 1968 en México se inspiró en las protestas sociales de países como Francia y Estados Unidos. En el contexto nacional, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) mantenía un carácter autoritario que provocaba descontento en diversos sectores. Según especialistas como Angélica Pérez Nava, este fue un movimiento incluyente que reunió no solo a estudiantes, sino también a amas de casa, intelectuales, obreros y profesionistas, todos en busca de mayor democracia, libertades políticas y una sociedad más justa.
Las demandas surgieron tras un conflicto estudiantil el 23 de julio de 1968, que derivó en la ocupación militar y policial de planteles escolares. Para el 2 de octubre, los estudiantes se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco con un pliego petitorio que incluía la libertad de presos políticos, la derogación del artículo 145 del Código Penal, la desaparición del cuerpo de granaderos, la destitución de mandos policiacos, indemnizaciones a familiares de víctimas y el deslinde de responsabilidades de funcionarios culpables.
El mitin, en el que participaron universidades de todo el país, fue interrumpido poco antes de las 6 de la tarde. Un helicóptero lanzó bengalas como señal para que el Batallón Olimpia y francotiradores abrieran fuego contra los asistentes. En medio del caos, soldados y policías persiguieron a estudiantes y civiles, incluso dentro de los edificios cercanos, donde varias personas fueron ejecutadas.
Aunque el gobierno intentó ocultar lo ocurrido, las investigaciones posteriores revelaron la magnitud de la masacre. En 2006, un reporte de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado señaló que no era posible precisar el número de víctimas, aunque estimó alrededor de 350 muertos.
La frase “2 de octubre no se olvida” se convirtió en un símbolo de resistencia y memoria histórica. Cada año, miles de personas marchan en la Ciudad de México para recordar a las víctimas de la matanza de Tlatelolco y exigir que este episodio no quede impune ni en el olvido.





















