Redacción
Culiacán, Sinaloa.- Monseñor Benjamín Jiménez Hernández, nació el 31 de marzo de 1938, en Pénjamo, Guanajuato. En 1951 ingreso a nuestro Seminario, donde realizó estudios de humanidades.
Fue enviado al Seminario Nacional Pontificio de Moctezuma en Nuevo México, Estados Unidos, donde cursó los estudios de filosofía y teología. A su regreso a Culiacán, recibió la ordenación presbiterial, el 28 de julio de 1963 en la catedral basílica, de manos y oración de Monseñor, Lino Aguirre García.
Sus primeros oficios pastorales los realizo como profesor y director espiritual en nuestro seminario, confesor de consagradas, vicario en catedral, y en los templos de Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Culiacán.
En 1968, obtuvo la licenciatura en Teología Espiritual, en la Pontificia Universidad Jesuita de Guadalajara, Jalisco, y al tiempo como Capellán en el templo de San Francisco de Asís, y posteriormente párroco en Nuestra Señora del Carmen, ambas en Culiacán.
Motivó la creación de algunas instituciones de caridad y asistencia integral, en las que destacan el Instituto Sinaloense de Asistencia Psicoterapéutica, y el Centro de Rehabilitación Misión de Naím.
En 1987, Monseñor Luis Rojas Mena, II Obispo de Culiacán, lo nombró miembro del Cabildo Catedrático, y el 23 de febrero de 1988, se le otorgó el título de Monseñor, y ese mismo día inició su oficio como Vicario General de la Diócesis de Culiacán.
Un Año después, el 29 de junio de 1989, fue ordenado Obispo por el nuncio apostólico en México, Don Girolamo Prigione y nombrado auxiliar de Culiacán.
Cuatro años después, el 1 de diciembre de 1993, inició su ministerio episcopal como Obispo de la Diócesis de Culiacán, convirtiéndose en el tercer Obispo de nuestra iglesia Particular, a la que sirvió como pastor por el tiempo de 22 años.
Con dedicación y perseverancia, motivó su labor pastoral el compromiso por ofrecer a la Diócesis, un presbítero mejor formado y preparado. Fue así como instituyó convenios de colaboración con diversas instancias que permitieran, la acogida y sostenimiento de seminaristas y presbíteros en Universidades de México y el extranjero.
Así mismo promovió organismos e instituciones que velaran y ofrecieran seguimiento a la formación y asistencia integral de todos los sacerdotes.
Durante su obispado, se realizó la remodelación del Hospital Del Carmen, la construcción del Seminario Católico, las oficinas del obispado, así como la remodelación de la casa Episcopal, entre otras obras.
En el 2011 fue aceptada su renuncia por el Papa Benedicto XVI, permaneciendo como Obispo Emérito de Culiacán.
Fue en el mes de noviembre del presente año, que Monseñor Benjamín Jiménez, inició con problemas de salud relacionados con la enfermedad de Covid-19, y recibía atención médica en una clínica de la Ciudad de Hermosillo, Sonora, donde hoy 26 de noviembre a las 8:35 horas, falleció.
Descanse en Paz