Redacción

Navolato, Sinaloa .- El presidente municipal de Navolato Eliazar Gutiérrez Angulo encabezó el acto de conmemoración del 156 aniversario de la Batalla de San Pedro, el cual este año fue diferente debido a la pandemia por el COVID-19, y sólo se llevó a cabo el izamiento de bandera, colocación de ofrendas florales en el obelisco, y guardias de honor en favor del General Antonio Rosales Flores y de todos los héroes que participaron en esta gesta heroica en la cual, durante una lucha armada lograron derrotar al Ejército francés.

Después de que el alcalde navolatense, con apoyo de los cadetes del Pentatlón Deportivo Militarizado Universitario de Navolato, realizó el izamiento de bandera, fue entonado el glorioso himno nacional; luego se procedió a la colocación de las ofrendas florales y las guardias de honor, en las cuales participaron los regidores y funcionarios del Ayuntamiento de Navolato.

Debido a la emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus, en esta ocasión se suspendió el tradicional desfile y la fiesta popular que se realizaba todos los años, para evitar contagios de esta enfermedad y cuidar la salud de las familias navolatenses, porque es una prioridad para este Décimo Tercer Ayuntamiento de Navolato que encabeza Eliazar Gutiérrez Angulo.

El Secretario de Presidencia, Fernando Valenzuela, fue el encargado de dar a conocer una reseña de este glorioso hecho histórico que sucedió el 22 de diciembre de 1864, el cual es uno de los más importantes acontecimientos armados de nuestro país.

El funcionario municipal expresó que Antonio Rosales, en espíritu sigue en este bello sitio consagrado a la tierra mexicana que tanto amó, y está presente en este simbólico obelisco como un valiente que a pesar de las traiciones logró derrotar a los franceses un día como hoy, el cual quedó marcado en la historia de Navolato y de México.

“Rosales jamás ha despegado de donde aquí su consagración genial ante la cruenta guerra que enfrentó en estas tierras de dulce memoria; feliz como ser espiritual de presencia eterna, aquí pertenece entre aquel bosque de cardones gigantes, nopaleras, choyas de espinas pegajosas como guachapores, añosos guamuchilares, mezquites y cacachilas, todo mezclado con el bosque formado por los árboles de gato, que para los soldados de alta graduación de la vieja Francia imperial, resultaron en la frase aquella de que en México hasta el bosque apoyó a Rosales, pues en la desbandada de la derrota ante las armas nacionales al intentar huir, los árboles de gato les desgarraban el cuerpo con sus tupidas uñas parecidas al popular felino de la fauna costeña” dijo Fernando Valenzuela.

Destacó además que mientras el comandante francés Gazielle entregaba vencido su espada a la sombra de frondosa bebelama, hasta Culiacán escucharon sonar victoriosa la corneta por órdenes de Antonio Rosales, la cual fue tocada por el niño Francisco Ramírez honrando el glorioso triunfo, y finalizó “Gloria eterna para Don Antonio Rosales Flores que desde aquí cabalga para siempre”.

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