A nuestros revoltosos oídos llegaron susurros mitoteros desde la Ciudad de México. Cantan los Jilgueros que hay un nuevo pretenso en la lista de los aspirantes a la candidatura de la silla grande sinaloense representando a la PRIANISTA alianza.
Los vientos del altiplano soplan con los aires del rechazo de las cúpulas priistas a Juan Alfonso Mejía.
El autollamado “Alito” no quiere que un ex panista se les cuele disfrazado de tricolor, el dirigente priista apuesta fuerte por Jesús Valdez.
Al parecer, el supremo elector sinaloense entregó la propuesta de Juan Alfonso Mejía al CEN del PRI y de plano no fue aprobado. Los rumores atronadores sugieran que el supremo elector tendría una segunda propuesta. Nada más ni nada menos que el empresario cafetero y actual secretario de economía, Javier Lizárraga. Todos atentos, el café de olla puede ser la bebida de la alianza, anquen para mucho no será más que una deliciosa tasa de atole
ESPEJITOS PARA INCAUTOS.
En eso parecen haberse convertido en estos tiempos de inquietud y convulsión política la figura de las llamadas candidaturas comunes, ya que debemos precisar que al fenecer el termino para el registro de coaliciones electorales ante el órgano estatal el pasado 23 de diciembre de 2020, solo se registró una sola, la llamada “Gran Alianza” integrada por los partidos PRI, PAN Y PRD la cual fue aprobada recientemente por el Consejo General del Instituto Estatal Electoral, sin embargo esta, hay que decirlo nació “mocha” toda vez que por inconformidad del PRD en la asignación de candidaturas a los ayuntamientos, solo alcanzaron éxito en la negociación para ir juntos en la candidatura a gobernador y diputaciones locales, con lo que en ayuntamientos cada partido deberá ir con sus propios candidatos al igual que el resto de los que integran ese largo listado de partidos que participaran en la contienda local de Sinaloa.
Hasta aquí todo pareciera ser normal o por lo menos claro en el contexto de competencia, sin embargo gran parte de los dirigentes, precandidatos, líderes y grupos políticos de los distintos partidos tren en boga el tema de que aun y cuando no se firmaron otras coaliciones como fue entre Morena y sus aliados nacionales (PT y PVEM) y así mismo los de la alianza para el caso de ayuntamientos así como de alguno de estos con el PAS o incluso Movimiento Ciudadano, han corrido la especie de que podrían unir fuerzas para impulsar a “X” o “Y” candidato a la gubernatura del estado teniendo como mecanismo de compensación, el ir juntos bajo la figura de candidaturas comunes.
Y es ahí donde amigos y amigas está el truco de inocencia por no decir desconocimiento del tema técnico-electoral que les impide hacerlo en la forma en que se está asumiendo esta posibilidad, veamos por qué:
Bajo el marco jurídico electoral existen 4 formas distintas de unir fuerzas entre los partidos políticos estas son 3 formas de coalición (Flexible, Parcial o Total) y por último la de candidaturas comunes, sin embargo de criterios y resoluciones de la Sala Superior (Máximo Órgano de Decisión Jurisdiccional Electoral) estas últimas pueden darse en una proporción menor al 25% de las candidaturas en juego, ya que sobrepasar dicho porcentaje implicaría una forma de Coalición Flexible, que debería haberse registrado con los requisitos correspondientes al 23 de diciembre de 2020 ante el órgano electoral, por tanto y en pocas palabras el pretender este porcentaje o más de candidaturas y registrar bajo dicha figura, corresponde a una figura que no fue usada en su momento y hoy a destiempo y vencido los plazos legales no podrían hacerlo, por tanto de continuar en esta intención se impondrá “la terca y dura realidad” de que este esfuerzo de asociación correspondía a una coalición que por no ponerse de acuerdo o no tener la capacidad para ello no registraron y por tanto se tendría que rechazar las solicitudes de registro de dichas candidaturas, lo cual obedecería a acatar el criterio de Sala Superior del TRIFE lo cual tiene carácter de obligatorio y sin discusión para el órgano electoral y por supuesto para el Tribunal Estatal Electoral.
Por tanto, el mejor escenario para quienes sostienen la posibilidad en Sinaloa de ir en candidaturas comunes es limitar dicha posibilidad a 4 municipios y 5 distritos electorales, más allá de esto pueden irse olvidando de ello y quienes persistan en la intención obtendrán la negativa de registro salvo que opten por plegarse a esta disposición.
TERNURITA.
Esto es lo menos que despertó (por lo menos entre los bienintencionados) la declaración del presidente del Comité Directivo Estatal del PAN en Sinaloa, Juan Carlos Estrada Vega, cuando este fin de semana con la rebelión en ciernes de los priistas con respecto a quien es su gallo para la gubernatura y estar en posibilidad de saber si se quiere jugar para ganar y dependiendo del mismo en contrario si se quiere “entregar la plaza” como ha venido incrementándose la desconfianza hacia el gobernador.
El dirigente estatal del PAN ahora socio electoral del PRI, Afirmo que “el si sabía quién era el prospecto a candidato, pues el gobernador se lo dijo en el marco de las negociaciones de la alianza”, dicha expresión lo menos que género es ternura pues si en lo que va de su gestión nunca pudo o quiso posicionarse como figura o generador de opinión política ante la sociedad, difícil de creer a pesar de su investidura formal le hayan otorgado una muestra tal de respeto y valor a su figura que dicho sea de paso no solo en el tercer piso de insurgentes, ni en el edificio del Boulevard Madero ni en medios de comunicación, grupos empresariales y sociales le han conferido nunca, por su poca capacidad de posicionar temas en la agenda política local.
En la región del Evora, un bastión del PRI, hay actores que están moviendo la inquietud en ese sector de Sinaloa.
Repetir a Ponchin, mandar a la federal o local a la ex alcalde Liliana Cárdenas, en Angostura la polémica alcalde Aglaé Montoya y la idea que viene circulando de que la señora Pier Angely Camacho de Ortiz, participe en el proceso. Ese corredor político puede ser vulnerado porque los operadores del presidente estatal del PRI enredan la piola.
Los tiempos se enciman y el gran elector está ausente de las decisiones, una clase política sobre acotada, no los ve no los escucha. Por lo pronto en la recta final Javier Lizárraga, Jesús Valdez, Mario Zamora, este último insiste en aspirar.
En el rumbo del PAS los registros del maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda y Víctor Antonio Corrales Burgueño ocupan el proceso de precampaña del partido estatal.
En MORENA la precandidatura del senador Rubén Rocha Moya esta llena de piedras en su camino, los aspirantes desplazados por la decisión de la encuesta en un día si y el otro también vulneran una pasiva acción del precandidato.
Sergio Torres en Movimiento Ciudadano en espera de los descalabros y sumar adeptos, el verde ya trae al economista Tomas Saucedo Carreño sin mayores novedades.