Los moluscos bivalvos y los caracoles tóxicos no pueden identificarse a simple vista ni presentan diferencia con el molusco comestible ya que la toxina no altera su color, olor ni sabor, y es suficiente comer un solo molusco contaminado para intoxicarse, advirtió la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Sinaloa.

El comisionado Jorge Alan Urbina Vidales señaló que, la biotoxina marina que contiene actualmente el molusco bivalvo y el caracol proveniente de la zona costera de San Ignacio, Elota y Navolato, debido al fenómeno denominado “marea roja”, es resistente a altas temperaturas por lo que si el molusco ha sido cocinado sigue siendo tóxico, y representa un riesgo latente para la salud.

Subrayó que para evitar intoxicaciones en pobladores y visitantes es fundamental que expendedores, restauranteros y comercializadores de moluscos bivalvos y caracoles provenientes de esta zona suspendan la extracción, distribución, comercialización y consumo de ostión, callo de hacha, pata de mula y caracol.

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