La nueva Ley General de Educación Superior, publicada el pasado martes en el Diario Oficial de la Federación, es una ley en la que se mantiene y se respeta la autonomía, se asume la gratuidad de la educación en el nivel superior y también la universalidad; para concretarse se recorrió un camino muy largo, opinó el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, doctor Juan Eulogio Guerra Liera.
Sobre ese trayecto que implicó meses de interlocución y de trabajo conjunto, el Rector hizo énfasis en la decisiva participación que tuvieron tanto la diputada federal Adela Piña Bernal, presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, como el doctor Rubén Rocha, quien durante los momentos más álgidos de discusión del proyecto de ley, fungía como senador de la República y presidente de la Comisión de Educación.
“Se permitió a la UAS, junto a otras universidades, participar en el Parlamento Abierto donde comentamos los pros, los contras, nuestras dudas y creo que fueron ambos: el doctor Rubén Rocha Moya y Adela Piña, factores preponderantes para que hoy esta nueva Ley de Educación esté publicada, y que aconsejo que la lean porque cualquier cambio o propuesta a la normatividad de las universidades tendrá que ser en sus instancias internas como lo es el Consejo Universitario; esto nos permite en plena libertad y autonomía decidir sobre las formas, mecanismos y las maneras que la vida universitaria debe transcurrir en los próximos años”, precisó.
Indicó que en esta discusión ante los legisladores en la que se participó a través de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y que fue alentada por muchos de los rectores, entre ellos de manera muy significativa por Enrique Graue de la UNAM, se ventilaron argumentos donde también se expresó la Universidad Autónoma de Sinaloa. Fue en ese contexto donde el Rector destaca la empatía mostrada por el doctor Rocha Moya para impulsar el respeto a la autonomía y hacer eco de las voces que desde la UAS y desde diversas instituciones del país se habían manifestado.
Habiéndose logrado ya la publicación de la ley, Guerra Liera hizo énfasis en los aspectos favorables que se rescatan en ella.
“No podía quedar minado, ni afectado (…) el derecho de decidir nuestra propia vida orgánica, la manera de cómo aplicar nuestra libertad de expresión, de cátedra, nuestro mecanismo de contratación, etc. y también entraron temas como la gratuidad de la educación y la universalidad de la misma, entre otros aspectos”, señaló.
Queda por especificarse, dijo, el monto de recursos en el presupuesto o el subsidio que garantice cómo recibirán las universidades públicas lo necesario para poder concretar paulatinamente el aspecto relativo a la gratuidad.