Aplausos, gritos, risas y mucha nostalgia, se vivió en la Arena México, tras abrir sus puertas al público amante de la Lucha Libre luego de más de un año que permaneció silenciada la llamada catedral de este deporte, debido a la pandemia del Covid-19.

Aunque las graderías del coliseo que se ubica en pleno centro de Ciudad de México aún lucen semivacías, el enorme eco que amplifica las voces de los asistentes y los golpes de los luchadores compensan los lugares que están solos.

La alcaldía autorizó a la Arena el acceso de 500 personas, apenas 3% de su aforo de 16 mil 500 asistentes, y todos los que compraron una entrada deben usar mascarillas y mantener su sana distancia.

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