CIUDAD DE MÉXICO. Aparece la Selección Mexicana como primer lugar del octagonal de Concacaf sin que hasta el momento se conozca la calidad de su contenido futbolístico.
No ha sido fácil armar un navío para el inicio de la eliminatoria, es más, no se arrancaba con dos triunfos desde el 2005 cuando con Ricardo La Volpe se hilaron victorias ante Costa Rica y Estados Unidos.
Si hubo alguna noticia positiva del verano oscuro de Gerardo Martino al perder ante Estados Unidos dos veces consecutivas, en Copa Oro y Nations League, fue que pudo establecer el punto real de su estancia en México.
La obsesión es clasificar para la Copa del Mundo, las dos finales que nos tocó perder con Estados Unidos poco tienen que ver con el comienzo de esta eliminatoria”, dijo Martino, convencido de que lo sustancial se juega ahora.
Y los problemas aparecieron, porque por primera vez en la historia se jugaba un partido eliminatorio sin público en el Estadio Azteca. Se saldó con más sudor que felicidad al vencer a Jamaica 2-1.
En ese trajín, se tuvo que solventar la ausencia de Raúl Jiménez, impedido de viajar con el Tri por restricciones sanitarias del Reino Unido.
Además, Hirving Lozano, que se recuperó de una conmoción sufrida en la Copa Oro y solicitó no estar en la eliminatoria al no estar físicamente apto, lo mismo adujo Johan Vásquez, de reciente contratación con el Genoa y quien pidió tiempo para aclimatarse.
Otro imponderable. Martino sufrió un problema de retina del ojo derecho y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, lo que le imposibilitó viajar con México a Costa Rica.
El lugar lo tomó Jorge Theiler, quien incluso durante el partido se comunicó telefónicamente con Martino para arreglar detalles tácticos.
El problema en cancha no sólo fue el despiste de Rogelio Funes Mori, otro conflicto que se acrecenta día a día, sino la lesión de Alexis Vega. Con todo y eso, sin fascinar a la afición, México se posiciona en lo más alto de Concacaf.