Dirigida a los alumnos monitores del programa “Ambientes de Paz” de las zonas Educativas 04 y 05 del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa, el doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana dijo que “ser hombre es una construcción social que aprendemos sobre cómo debe comportarse uno mismo, pero no es sinónimo de masculinidad, eso implica reconocer las relaciones asimétricas entre hombres y mujeres”.

En la transmisión hecha desde la Ciudad de México y Ciudad Juárez por parte de la Fundación Carlos Slim, el profesor del Departamento de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte dijo que los medios comunicación y el cine, en particular, han sido instrumentos de influencia en la construcción del estereotipo ‘machista’ del hombre mexicano desde los años 40 del siglo pasado.

“La Época de Oro del Cine Mexicano marcó una gran influencia en la educación de los hombres y su relación con las mujeres, específicamente formó la cultura del ‘machismo’ entre los mexicanos”, aseguró.

El investigador, miembro Nivel 2 del Sistema Nacional de Investigadores, señaló que “no debemos relacionar el ser hombre con ser violento, la biología tiene una ideología previa de lo que se quiere hacer referencia, pero los tiempos han cambiado y se están construyendo nuevas formas de ser hombre”. 

“No se puede clasificar a una persona por tener o no un pene, se debe considerar en esta identidad aquellas personas que no lo tienen, en estos tiempos no se necesita de ello”, sostuvo.

Con el objetivo de generar reflexión en los participantes para entender las diversas realidades sociales y alternativas de acción sobre el rol que cada uno tiene para mejorar su entorno, Cruz Sierra abordó conceptos relativos a las identidades juveniles, la dicotomía masculino-femenino, la heterosexualidad contra la homosexualidad, los roles y prescripciones sociales, los modelos dominantes, así como las expresiones cognitivas, afectivas y de comportamiento.

Dentro de sus conclusiones, el expositor destacó que “ser hombre se aprende desde la socialización misma en el hogar, en su entorno y en la escuela, tiene que ver con las formas en cómo nos vinculamos y lo que hacemos”.

“En qué familia crecimos, cuál es la estructura de esa familia y qué se nos dijo en ella, precisó. Otro espacio de formación es la calle, en la relación con nuestros pares, con los amigos; otro, es la escuela. La idea de construcción del ser es para ambos, para el hombre y la mujer, pero el peso cultural de ser hombre genera todavía una realidad que no se logra entender del todo, no sabemos cómo actuar en otra lógica”, concluyó.

Con la representación de la directora general de Cobaes, Lydia María López Barraza, la jefa del Departamento de Orientación Educativa, Dora Lidia Castro Montoya, agradeció al expositor su colaboración, que viene a fortalecer el adiestramiento de los orientadores educativos y promotores del programa institucional, “Ambientes de Paz”.

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