Bernardo Hurtado
Culiacán, Sinaloa.- Cuando uno es joven, y no se disfruta de las clases en la escuela, el anhelo porque esta termine es un sentimiento constante y que genera tanto añoranza como impaciencia, sin embargo, la vida enseña que el aprendizaje nunca se detiene.
“Yo soy el maestro Mario Alberto Siordia Millán”.
Él, siendo un profesor de guionismo y cinematografía, esta reflexión no le es indiferente, pues desde pequeño, siendo hijo de profesores, la docencia nunca fue un aspecto extraño en su vida.
“Ay, tengo que sacar cuentas porque… Di años cuando estaba estudiando posgrado, daba en las tardes clase… Desde el 2013 de manera más continua, son 10, más lo que aboné anteriormente yo diría como unos 14 más o menos, más o menos 14 años”.
A lo largo de estos años ejerciendo la denominada ‘noble labor de la docencia’, son 3 satisfacciones principales las cuales han permanecido en él, siendo el ver el interés profundo en los temas por parte de sus alumnos, que estos quieran continuar explorando el mundo que en su materia enseña, y que una vez que aquellos jóvenes parten le saluden cuando lleguen a toparse en el exterior, en los momentos en que seguirá compartiendo conocimiento.
“De hecho yo tengo planeado seguir en la docencia, si el destino ¿verdad? me depara otras cosas aun así creo que seguiría tratando de compartir conocimiento, por ejemplo, tu ves, Guillermo del Toro, ese tipo de personas se dan el tiempo también de hacer conferencias, de dar cursos, de tratar de compartir lo que saben, pues entonces te digo, nunca dejas de ser maestro”.
Si bien el papeleo, planificaciones y avances llegan a consumir muchas horas sin disfrutarlo, es estar frente al aula y ver la satisfacción de sus alumnos con sus proyectos parte de lo que más le hace feliz de ser profesor.