Mazatlán, Sin.
La directora del DIF, Armida Hernández Lara, anunció que se está trabajando en un proyecto donde donarán bloques a las comunidades rurales, para que así, las comunidades alejadas puedan construir sus casas de manera económica y resistente. La iniciativa surge ante la necesidad de muchas familias de contar con un hogar digno y seguro, y se espera que la donación pueda beneficiar a cientos de familias.
Armida Hernández, destacó la importancia de colaborar en el desarrollo de las comunidades más vulnerables y aseguró que esta es solo una pequeña contribución para facilitar el acceso a una vivienda digna.
En definitiva, es necesario impulsar un enfoque de desarrollo humano integral, que no solo se centre en la reducción de la pobreza, sino que también promueva la sostenibilidad y la inclusión social. Debemos unirnos como sociedad para garantizar que todas las personas tengan acceso a oportunidades y recursos para una vida digna y plena. La ayuda a las comunidades rurales no solo es una responsabilidad moral, sino una inversión inteligente para construir un mundo más justo y equitativo
Mazatlán, Sin.
La directora del DIF, Armida Hernández Lara, anunció que se está trabajando en un proyecto donde donarán bloques a las comunidades rurales, para que así, las comunidades alejadas puedan construir sus casas de manera económica y resistente. La iniciativa surge ante la necesidad de muchas familias de contar con un hogar digno y seguro, y se espera que la donación pueda beneficiar a cientos de familias.
Armida Hernández, destacó la importancia de colaborar en el desarrollo de las comunidades más vulnerables y aseguró que esta es solo una pequeña contribución para facilitar el acceso a una vivienda digna.
En definitiva, es necesario impulsar un enfoque de desarrollo humano integral, que no solo se centre en la reducción de la pobreza, sino que también promueva la sostenibilidad y la inclusión social. Debemos unirnos como sociedad para garantizar que todas las personas tengan acceso a oportunidades y recursos para una vida digna y plena. La ayuda a las comunidades rurales no solo es una responsabilidad moral, sino una inversión inteligente para construir un mundo más justo y equitativo