Bernardo Hurtado

Culiacán, Sinaloa.- El mercado de las flores tiene a la vista el vibrante color de los pétalos y su característico olor fresco, aunque en sus adentros, además del sonido de los juegos, el olor de las velas y de la comida, el del esmalte está acompañado por más color, brillo, y de la mujer que los aplica.

Maria Magdalena, conocida por sus clientas como Dulce María, nombre artístico, tiene 42 años, de los cuales 14 de ellos tras un suceso en su vida, se inició en el arte en las uñas como manicurista.

“Hace 14 años tuve una separación eventual de mi esposo en el cual caí en una pequeña depresión, y mi mamá me motivó, me incentivó a meterme a un pequeño curso, de esos cursos que te dan de pronto de oportunidad así como para prepararte, pequeños cursos que me dan en el ICATSIN, en el DIF, y por el periodo de un solo mes yo me metí a estudiar en lo que mi relación volvió a la normalidad y todo esto, entonces hace 14 años fíjate tomé un curso de un solo mes y eso vino a ser tan tan útil durante estos 14 años que vienen siendo mi fuente de ingreso”.

Siendo su única fuente de ingresos, Dulce Maria declara afortunadamente su madre la incentivó en su momento al oficio, solventando sus gastos y anteponiendo una frase antes de mencionar sus ganancias: “Gracias a Dios me va muy bien”.

Con ello, que su concepto de trabajo es en volumen yendo en aumento, teniendo muchas clientas por lo asequible de su servicio, siendo recomendado.

“Como ser humano he aprendido que los límites dependen de mí, entonces al generar tú un trato cordial con las personas recibes, es recíproco ¿no? Entonces yo desde el principio trato a las clientas con mucho respeto, con una apertura a los sentimientos, con una apertura a la humanidad, con empatía, y por consiguiente recibo lo mismo”.

Si bien declara no se ha actualizado con más cursos, manejando la aplicación de uñas tradicional, el trabajo de estilografo y el arte del dibujo en las uñas, le es fácil estar a la vanguardia a través de redes sociales, observando y aprendiendo.

Sin embargo, tras más de una década dedicándose al arte en las uñas, María Magdalena no espera seguirse dedicando a esta labor por muchos años más, planeando ingresar en los negocios rentables para tener una etapa en su vida dedicada a viajar y disfrutar de su edad, siendo este negocio y local el legado familiar para su hija, como madre soltera, como su padre le ha enseñado.

“Si hay alguien que dice que está orgullosa de su tierra, soy yo. Amo la ciudad de Culiacán, siento que somos una ciudad rica en un muchos aspectos, y siento que Culiacán es una parte microscópica de lo hermoso que es México, yo si deseo viajar deseo viajar en México”.

Reconociendo los pueblos mágicos, amando los viajes por carretera, espera conocer recorriendo la república, y siendo “tan maravilloso y tan grande” México, cree le faltará vida para conocer otros países.

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