Bernardo Hurtado
Culiacán, Sinaloa.- Actualmente, son un total de 59 pacientes en control que son atendidos por cáncer en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, siendo el más común la leucemia linfoblástica, informó Carlos Mijaíl Suárez Arredondo, director del nosocomio.
Seguido en otro tipo de tumores por los del sistema nervioso central, habiendo muchos casos de cáncer en el cerebro también, informó se han hecho campañas para detección oportuna de cualquier manifestación.
“Las principales manifestaciones del cáncer en los niños, de cualquier tipo de cáncer, primero que nada es la palidez, el niño se pone muy pálido, otra es que el niño se cansa fácilmente, lo que conocemos nosotros como astenia, es decir es un niño que no juega, que está decaído, que tiene muy poca actividad física, y otra manifestación también importante es que presentan sangrado, pueden presentar sangrado por boca, por nariz principalmente y finalmente otra manifestación que siempre hacemos hincapié los papás es estar al pendiente de si se siente alguna tumoración, alguna bolita al niño, pues es otro de los datos importantes que hay que estar detectando para acudir a tiempo a consulta”.
Afortunadamente, comentó, el Hospital Pediátrico cuenta con una tasa de sobrevida de leucemia por arriba de la media nacional, manejando entre el 60% al 70%, posicionando en los primeros lugares a nivel nacional, siendo positivo, habiendo apoyado el Secretario González Galindo con equipo.
“Sobretodo como lo comentaba, como hay mucho caso de tumor del sistema nervioso central, nos ha dotado de mucho equipo muy novedoso para poder operar este tipo de tumores aquí en el Hospital y que los niños no tengan que estar primero esperando mucho tiempo una cirugía y número dos que tengan que trasladarse a otro lado”.
No siendo un estado que representa un pico en la incidencia, sin embargo, comentó que sí se tiene un número importante de casos. También, que se tiene buen abasto de medicamentos.
En el marco del Día Internacional contra el Cáncer Infantil, comentó que es importante la vigilancia de los padres, debiendo acudir con pediatra ante sospechas, teniendo mayor incidencia entre los 2 a 10 años, sí representando un mal pronóstico los pacientes que se salgan de este rango de edad.