Bernardo Hurtado

Culiacán, Sinaloa.- Encontrándose a un paso de la señalada, ‘histórica jornada electoral del domingo 2 de junio’, por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano, se espera la participación de la comunidad caracterizada por la legalidad y la civilidad que dé por resultado la unidad social.

En atención para Viva La Noticia, el vocero de la Diócesis de Culiacán, el Padre Esteban Robles Sánchez, compartió el mensaje del Monseñor Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general de la CEM, en el cual con la unidad se espera también un espíritu fortalecido de esperanza para el futuro del país.

Al respecto, continuó compartiendo: “La iglesia es consciente de ser portadora de un mensaje de fraternidad desde el Evangelio de Jesucristo”, por lo que al llamado a propiciar el encuentro, el diálogo, el respeto y la reconciliación de las personas, la sociedad y los países, se exhorta a lo siguiente: Se invita a toda la ciudadanía con credencial de elector a asistir a votar con libertad por los candidatos de sus preferencias, sin dejarse coaccionar, y sin miedo.

También, que se invita a los ciudadanos que serán autoridades en las mesas de votación y casillas al más amplio cumplimiento del deber, agradeciendo el servicio a brindar en democracia. Además, que a los partidos políticos se les exhorta a su talante democrático y civilidad evitando la tentación que no dará seriedad a las propuestas, rechazando prácticas ilegales en el proceso, debiendo saber ganar y saber perder.

Con ello, a las autoridades electorales a ejercer su responsabilidad con todo profesionalismo, ética y civilidad, confiando la ciudadanía en sus instituciones; a los medios de comunicación a servir a la nación informando con veracidad, ética y oportunidad a la ciudadanía sobre el devenir del proceso denominado histórico.

Finalmente, a las autoridades correspondientes a proteger a los ciudadanos y a los candidatos de agresiones del crimen organizado y grupos que buscan influir para intereses ilegítimos; y a las fuerzas armadas del país que sean parte del pueblo como siempre lo han sido, con alta responsabilidad en favor de la construcción de seguridad y paz mexicana.

Así, concluyó invitando a orar y pedir a Dios por intercesión de la Virgen María para que derrame su gracia, luz y sabiduría en el proceso actual, no quedándose nadie sin votar, pudiendo a partir de 1992 los sacerdotes emitir su voto.

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