La noche en Chicago tenía una cualidad particular, como si el tiempo mismo hubiese decidido detenerse justo en el momento en que Aaron Judge se preparaba para enfrentar al lanzador. No era sólo un juego de beisbol, era una especie de ritual en el que todo parecía alinearse de manera casi mística. El estadio estaba envuelto en una atmósfera densa, cargada de algo intangible, como si el aire mismo pudiera recordar todos los cuadrangulares que el capitán de los Yankees tiene en su colección.

Judge, de pie en el plato, sentía la presión de las expectativas, no sólo de los aficionados o de su equipo, sino de la historia misma, que lo observaba desde algún lugar invisible. Durante los primeros dos juegos de la serie contra los White Sox, el cañonero neoyorquino intentó sin éxito volarse la barda. En su última oportunidad con el bat, hizo del turno, un clásico de Grandes Ligas.

Con un swing que parecía desafiar las leyes de la física, conectó un lanzamiento de Chad Kuhl en el octavo inning  y en ese instante, el tiempo se rompió en mil pedazos. La pelota voló, describiendo una trayectoria que se perdió en el cielo por algunos segundos, una parábola que atravesaba dimensiones desconocidas, como si estuviera siendo guiada por la fuerza de la historia.

Cuando la pelota finalmente aterrizó en el bullpen, se desató una reacción en cadena que resonó no sólo en Chicago, sino en toda la Major League Baseball (MLB).  Judge alcanzó su cuadrangular 300 y se convirtió en el pelotero en alcanzar la icónica cifra en la menor cantidad de juegos al hacerlo en 955 y su turno al bate 3,431, dejando atrás a Ralph Kiner (1,087).

SÉPTIMO YANKEE EN LLEGAR A LOS 300

Para Judge, este bambinazo no fue sólo una hazaña deportiva, sino un reflejo de su propia existencia, de su capacidad para elevarse por encima de las expectativas y de los límites impuestos por los otros. Judge se convirtió en el séptimo pelotero en sumar 300 home runs bajo la franela de los Yankees, uniéndose a un exclusivo club de beisbolista que están en Cooperstown: Babe Ruth (659), Mickey Mantle (536), Lou Gehrig (493), Joe DiMaggio (361), Yogi Berra (358) y Alex Rodríguez (352).

Los Yankees se apoderaron de la pizarra en un festival ofensivo que incluyó el cuarto jonrón de Juan Soto en cuatro turnos en fila y el noveno del catcher novato Austin Wells. Entre Judge y Wells remolcaron seis carreras para los neoyorquinos que  llegan a 72 victorias para mantenerse en el primer lugar del Este de la Liga Americana.

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