Por dos días consecutivos, el clubhouse de los Yankees ha sido cubierto con plásticos, listos para protegerlo del habitual baño de cerveza y champaña que acompaña la conquista del título divisional. Sin embargo, en cada una de esas dos noches, los peloteros de la novena neoyorquina han regresado a los vestuarios cabizbajos, sumidos en la derrota.

La atmósfera en el estadio era densa, como si el aire mismo se resistiera a abandonar el espacio entre los jugadores. Los Orioles de Baltimore, inesperados héroes de esta historia, los superaron una vez más, esta vez con un marcador de 9-7. Aaron Judge, con la fuerza de un gigante, logró un cuadrangular (57) por cuarto juego consecutivo, pero ni siquiera su poder descomunal pudo evitar la derrota.

Judge es el primer pelotero desde 2009 con 140 carreras impulsadas o más. Llegó a 142.

Los Yankees se mantienen a una victoria de alcanzar el banderín del Este de la Liga Americana de las Grandes Ligas y garantizar el tan ansiado descanso en la primera semana de postemporada. Pero la victoria se escapa como el humo en una noche sin viento. Anoche, Marcus Stroman, quien sustituyó a Néstor Cortés como abridor, aceptó 10 hits y seis carreras en apenas tres innings y un tercio.

Gunnar Henderson tuvo tres de los 12 hits de Baltimore en las primeras cuatro entradas.

Colton Cowser impulsó tres carreras para los Orioles.

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