En Pittsburgh, el frío invernal solía traer consigo algo más que cielos grises: era la antesala de las victorias en la postemporada, de un equipo acostumbrado a brillar en los momentos cruciales. Hoy, Steelers navega en aguas desconocidas, anclado en una sequía de triunfos que amenaza con desdibujar la grandeza de una de las franquicias más emblemáticas de la National Football League (NFL).
Desde su última victoria en playoffs, en enero de 2017 contra Kansas City, Steelers acumula cinco derrotas consecutivas en postemporada. Los números son implacables: ha permitido un promedio de 40.1 puntos en esas caídas, incluidas derrotas dolorosas como el 48-37 frente a Cleveland en 2020 o el 42-21 contra Kansas City en 2021. Lo que alguna vez fue sinónimo de defensa impenetrable ahora se desmorona ante ofensivas rivales que lucen imparables.
RÉCORD PERDEDOR EN EL CIERRE DE ESTA TEMPORADA
Esta temporada no ha sido diferente. Steelers, que llegó a liderar la AFC Norte durante buena parte del calendario, cerró la campaña con cuatro derrotas consecutivas, algo que no ocurría desde 1998. Durante esa racha negativa, apenas logró promediar 14.3 puntos por partido, una caída estrepitosa en comparación con los 24.8 puntos que promediaba en los primeros 13 juegos. La catástrofe fue tan inesperada como contundente.
La frustración va más allá del emparrillado. En una ciudad como Pittsburgh, donde el futbol americano es parte de la identidad colectiva, los tropiezos de Steelers resuenan con fuerza. La Steelers Nation, famosa por su lealtad y pasión, comienza a preguntarse si el brillo de la franquicia se quedó atrapado en los recuerdos de su época dorada.
El entrenador Mike Tomlin, quien ha sido un símbolo de estabilidad con su récord impecable de temporadas sin marca perdedora, enfrenta el desafío más grande de su carrera. Aunque firmó una extensión de contrato hasta 2027, las expectativas no cumplidas en los últimos años han encendido las especulaciones sobre su futuro. En una liga donde el tiempo y la paciencia son un lujo, Tomlin necesita resultados inmediatos para revalidar su lugar al frente del equipo.
La ofensiva, liderada por Russell Wilson, también refleja los problemas estructurales de Steelers de Pittsburgh. El quarterback llegó con la promesa de encabezar un renacimiento, pero la realidad ha sido distinta. Wilson, con apenas 2,482 yardas aéreas y 16 pases de anotación esta temporada, parece estar lejos de la forma que lo convirtió en uno de los mejores quarterbacks de su generación.
Defensivamente, Steelers sigue apoyándose en el talento generacional de T.J. Watt, quien acumuló 17.5 capturas esta campaña.
El partido de comodín contra los Cuervos de Baltimore aparece como una nueva oportunidad, aunque también como un obstáculo imponente. Baltimore llega como favorito por 9.5 puntos, reflejando la percepción de dos equipos que parecen dirigirse en direcciones opuestas.
EN DECLIVE
Por primera vez desde 1998, Steelers cerró la temporada con cuatro descalabros consecutivos. Promedian 14.3 puntos durante la mala racha.