Con la espalda contra la pared, los Toronto Blue Jays demostraron tener corazón de campeón y se negaron a morir.
En un juego de vida o muerte, el equipo canadiense sacó la casta para vencer 6-2 a los Seattle Mariners, empatando la Serie de Campeonato de la Liga Americana a tres victorias por bando y forzando el partido que todos sueñan con jugar y que nadie quiere perder: un séptimo y definitivo encuentro.
La mesa está servida para un final dramático. Mañana, a las 6:08 de la tarde (hora de Sinaloa), un solo partido definirá al monarca de la Liga Americana y al equipo que avanzará a la Serie Mundial.
Es el escenario más tenso del béisbol, donde cada lanzamiento y cada batazo pueden significar la gloria eterna o el final del camino. No hay mañana, solo un boleto al Clásico de Otoño en juego.






















