Ana Luisa Peluffo, la actriz queretana que hoy celebra 96 años, marcó un hito en el cine mexicano al protagonizar el primer desnudo en la pantalla grande en la película La fuerza del deseo (1955). Este acto rompió convenciones y desató una oleada de opiniones divididas entre el público y la prensa de la época. Sin embargo, para Ana Luisa, que se encontraba en el inicio de su exitosa carrera cinematográfica, este desnudo no fue una provocación, sino una expresión artística, resultado de su formación en arte y su visión estética.
A lo largo de su carrera, Ana Luisa fue mucho más que una actriz; su vida estuvo marcada por una gran versatilidad. Fue nadadora, bailarina acuática y pintora, lo que le permitió crear una carrera multifacética que incluyó más de 200 películas. Nacida el 5 de diciembre en Querétaro, donde vive actualmente, su talento la llevó a brillar no solo en México sino también en el extranjero, ganándose el respeto y admiración por su belleza y presencia en pantalla.
El desnudo de La fuerza del deseo generó una gran controversia. Mientras algunos la calificaban de «valiente», otros la acusaban de desvergonzada, e incluso su padre llegó a criticarla duramente. Ana Luisa, sin embargo, siempre defendió su decisión. «Fue una elección mía, sin presiones externas. Era un desnudo estático, artístico, sin provocación, como el modelo de un pintor», explicó en varias entrevistas, refiriéndose a su participación en el filme dirigido por Miguel M. Delgado.
A pesar del escándalo inicial, la actriz continuó desafiando normas en su carrera. Repitió la experiencia de mostrarse desnuda en otras películas como El seductor (1955), La ilegítima (1956) y La Diana Cazadora (1956). En esta última, el cartel promocional destacaba “los cuerpos de las mujeres expuestos en todo su esplendor”, lo que causó aún más revuelo, especialmente con su estreno en el cine Palacio Chino. El desnudo de Ana Luisa ya no era solo una controversia, sino un símbolo de su valentía artística.
Este audaz paso en su carrera la catapultó a la fama y la convirtió en una figura codiciada por empresarios teatrales. De la noche a la mañana, Ana Luisa se convirtió en una estrella de cine y teatro, y su presencia en los escenarios de México atraía multitudes. Sin embargo, lo que para muchos fue un acto de rebeldía, ella lo vio como una puerta abierta hacia nuevas oportunidades y la posibilidad de llevar el cine mexicano al escenario internacional.
La actriz siempre destacó que lo mejor de su experiencia fue que su decisión de mostrar su cuerpo sin tabúes ayudó a abrir mercados para el cine mexicano fuera de sus fronteras. La fuerza del deseo y otras películas donde participó abrieron el camino para que el cine nacional llegara a Europa, y Ana Luisa tuvo la oportunidad de filmar en países como Italia, España e Inglaterra. Según contó, este cambio permitió que el cine mexicano se hiciera más realista, alejándose de los convencionalismos y mostrando historias más cercanas a la realidad.
Hoy, a sus 96 años, Ana Luisa Peluffo disfruta de una vida tranquila en su casa de Querétaro. Aunque se ha alejado de los reflectores, de vez en cuando comparte momentos con sus colegas en redes sociales, recordando una época dorada del cine mexicano en la que su nombre y su valentía dejaron una huella imborrable. La actriz no solo fue una pionera en el cine, sino una de las figuras más emblemáticas de una era que sigue siendo recordada por su gran influencia en la historia del séptimo arte en México.






















