Un viaje que hay que hacer con espíritu penitencial y una oración por los abuelos, incluidos los religiosos. Este fue el tema central del habitual saludo del Papa a los periodistas que lo acompañan y que informarán sobre su larga “peregrinación” a Canadá desde hoy hasta el 30 de julio, fecha de su regreso

Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano

“Buen domingo, bienvenidos y gracias por su compañía y servicio”. Estas fueron las primeras palabras que el Papa intercambió con unos ochenta periodistas y camarógrafos entre los que no escatimó pasar a saludarlos. Serán ellos los que lo acompañen y los que informen de cada etapa de este largo viaje a Canadá que acaba de comenzar.

Francisco se apresuró a recomendar que se trata de una peregrinación “penitencial” que realizará con este espíritu. Luego, el pensamiento al Ángelus que rezó en el vuelo, al no poder hacerlo este domingo en la Plaza de San Pedro y que dedicó a a la II la jornada Mundial de lis Abuelos y Ancianos que se celebra hoy, este año sobre el tema del Salmo 92: “En la vejez todavía darán fruto”.

“Los abuelos y las abuelas son los que han transmitido la historia, las tradiciones, las costumbres: volver a ellos con el pensamiento de hoy es importante, un ‘leitmotiv’ en el sentido de que – explicó el Papa – los jóvenes deben tener contacto con sus abuelos, volver a ellos, volver a sus raíces, no para quedarse ahí, no, sino para llevarlas adelante, como el árbol que toma fuerza de sus raíces y la lleva adelante en las flores, en los frutos”.

La riqueza de los abuelos también en las familias de los religiosos

A este respecto, Francisco citó las palabras del poema de Francisco Luis Bernárdez:

“Todo lo que tiene el árbol de florecido le viene de lo que tiene enterrado, que son los abuelos”.

En el recuerdo del Papa en esta Jornada en la que, en su nombre, el cardenal Vicario Angelo De Donatis celebró la Misa en San Pedro, están en particular “los religiosos y religiosas ancianos, los abuelos de la vida consagrada”.

Para ellos la doble recomendación de “no esconderlos”, porque son “la sabiduría de una familia religiosa” y a los novatos y nuevos religiosos de “tener contacto con ellos”:

“Ellos nos darán toda la experiencia de vida que nos ayudará tanto, tanto a seguir adelante… Por eso… cada uno de nosotros tiene abuelos y abuelas, algunos ya no están, otros están vivos, pero recordémoslos hoy de manera especial: de ellos hemos recibido tantas cosas, en primer lugar, la historia”.

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