Arriesga su vida para evitar la muerte de otro
Mazatlan, Sinaloa.- JESÚS COLIO ASTORGA.- Su madre le dijo de pequeño algo que quedó grabado para siempre en su mente “Haz el bien sin mirar a quien”.
Esa frase tan valiosa y su convicción de ayudar a los demás, fue determinante para que Jorge Antonio Ubario Velázquez el pasado viernes al escuchar el grito desgarrador de auxilio de una persona quien recibía una fuerte descarga eléctrica en lo alto de un poste, bajara de su bicicleta, dejara sus instrumentos de trabajo y sin pensarlo, se subió a lo alto de un poste arriesgando su vida en pro de ayudar a su semejante.
De oficio albañil, originario de Aguascalientes pero con 4 años de vivir en este puerto, el joven quien vive en Lomas del Mar, se trepó a lo alto de la escalera y entre el cableado conductor, sostuvo el cuerpo del lesionado quien habría sufrido quemaduras de tercer y cuarto grado y que pendia de una cuerda para desplomarse a causa del dolor y las heridas.
“Escuché un tronido cuando me dirigía al trabajo, y al escuchar al grito desgarrador de ayuda, y cuando ví a la persona colgada, deje mi bicicleta y herramienta tirada en el suelo y sin pensarlo en chinga me subí, rogando al señor nos ayudará a ambos”.
El ahora llamado “héroe sin capa” destaca que al verlo ensangrentado de cerca, comencé a amarrarlo para evitar que cayera, al mismo momento que imploraba al cielo por ayuda.
Me gano la desesperación al verle la mano quemada, pero al mismo tiempo la fé de que todo saldría bien.
Quería ayudar al señor pero no sabía que hacer, solo sostenerlo y pedir a Dios.
Pese al enorme peso del cuerpo del lesionado, nunca lo soltó, nunca se quejo, nunca se bajó, siempre supo que su lugar era prestarle la ayuda, el auxilio, la plática de ánimo y la confianza de que ambos bajarían con vida.
Me subí sin pensarlo y arriba no sabía en principio que hacer solo dije “Dios ayúdanos y que todo salga bien”.
Entre su propio dolor, el herido le pedía a Jorge Antonio que se alejara un poco, dado que junto a el había cables de alta tensión, situación que fue negada por su espíritu de servicio.
Yo quería ayudar al señor y no pensaba otra cosa, destacó.
El señor estaba muy pesado y el sol caía a plomo, pero no iba a desistir en el intento de bajarlo con vida.
Desde abajo unas personas le aventaron a una soga con la cual amarro al afectado, pero el peso era mayor por lo cual nunca dejo de cargarlo.
Su preocupación no solo era mantenerlo con vida, darle ánimo o sostenerlo, sino evitar cayera, pues desde esa altura si no lo mató la corriente eléctrica, si lo haría un golpe de dicha magnitud.
Perdí la noción del tiempo hasta que me tocó el hombro un bombero quien le dijo que se harían cargo.
Acto seguido, Jorge Antonio bajo de la escalera, pero pese a que ya se le habían ido horas valiosas para estar en su trabajo, permaneció en el lugar hasta ver qué el lesionado fuera bajado con bien y canalizado a un hospital.
“Me sentí muy feliz cuando lo bajaron e incluso tuve tiempo de ir y darle un abrazo y le dije, Viejón Dios le dió otra oportunidad, aprovechela”.
Apenas pasaron unas horas y tras salir de su trabajo cuando Ubario Vázquez recibió la llamada de su hermana quien le comentó, que su valor y heroísmo era alabado por muchos.
Vi la publicación y me sorprendió, se les agradece, pero realmente lo que me dió gusto es ver al señor bajar con bien y consciente.
“Yo no lo hice por sacar ventaja de nada, sino simplemente por ayudar”.
Reaccione por instinto a ayudar y me temblaban las piernas y tenía mucho calor pero quería ayudar
Seguiré siendo el mismo destaca Jorge Antonio, fue un instinto de amor y quisiera verlo de nuevo y saber que está bien y que contribui de corazón para ello.