El Tricolor cayó 2-0 con la Albiceleste y se jugará el pase a octavos de final de la Copa del Mundo ante Arabia Saudita.

La selección mexicana no encontró el camino para remediar sus fallas más grandes, la creatividad y contundencia. Lo intentó al principio, luego solo resistió, pero al final, Argentina rompió el sacó y definió con dos goles, primero uno de Lionel Messi, y luego uno de Fernández.

Hace tiempo que este Tricolor no tiene fuerza al frente, para nadie es un secreto. En este duelo, Gerardo Martino se la jugó sin un centro delantero nato, porque debía aguantar con un esquema distinto al que suele usar, pero nada le salió.

México arrancó como debía, apretando. Lamentablemente para su causa, de nueva cuenta, como ante Polonia, llegaba a tres cuartos de cancha y no podía hacer más. En gran medida a la presión de Argentina, y también a la falta de creatividad y contundencia que lo aqueja desde hace tiempo.

Al minuto 21, Néstor Araujo recibió tarjeta amarilla por una falta sobre Marcos Acuña. Y es que, hasta ese momento, las llegadas esporádicas de Argentina ponían nerviosos a los mexicanos, que intentaban frenarlos e impedirles que pisaran su territorio.

Conforme fueron transcurriendo los minutos, el duelo se trenzó en el medio campo. Con el Tricolor resistiendo la fuerza albiceleste. Sin duda el combate en esa zona lo ganaba en mayor medida los sudamericanos, que fueron detenidos de manera constante por faltas que ponían en grave riesgo la portería de Guillermo Ochoa. Para su buena fortuna, Argentina no estuvo fina en esas oportunidades.

En la tribuna había otra disputa, la de los cánticos, que por momentos ganaban los de verde y otras más se imponían los de azul. Lo importante es que había apoyo para estas selecciones que no lograban darle fluidez al encuentro.

Y es que, no encontraban la forma, cuando la Albiceleste tenía el balón y se lanzaba al frente, el Tricolor presionaba como podía. Una de esas jugadas, precisamente, fue la que hizo que Rodrigo de Paul alagara la pelota sin poder llegar a ella, se fue por la línea de fondo.

Para el minuto 40, el Tata Martino se dio cuenta que Andrés Guardado no estaba al cien, que hacía falta un cambio en la media cancha y entonces, entró Erick Gutiérrez para cubrir la media cancha. En la primera bola que tocó, le cometieron falta, Gonzalo Montiel fue amonestado por ello.

Hasta ese instante, México volvió a pisar terreno rival. Una falta que cobró Alexis Vega puso en alerta al contrario, pero el balón se quedó en las manos de Dibu Martínez. Y fue el mismo futbolista del Guadalajara quien mostró un tanto la desesperación del cuadro mexicano, al intentar un tiro de larga distancia que salió muy desviado. Aunque el Tricolor mejoró, encontró mayor posesión, Argentina no dejó de buscar.

Hirving Lozano volvió a prender a los aficionados cuando desde la banda izquierda, se metió al centro, pero sin

Erick Gutiérrez se llevó la amarilla por una falta sobre Lionel Messi atrás de la media luna. Tiro que cobró el mismo astro del PSG, su tiro se fue muy por encima del marco de Ochoa.

La pelota comenzó a rodar sin tanta traba, y aún así, los tiros al marco contrario de uno y otro lado no aparecían.

Al minuto 63, explotó el estadio, con los colores albicelestes y un Lionel Messi que mandaba besos a la tribuna. El de Rosario recibió el balón en el centro del campo y tiró delante de la media luna. Fue un disparo raso que Guillermo Ochoa no pudo detener.

Argentina se creció, buscó después con un tiro de Molina que salió bastante desviado. Pese a ello, la escuadra de Lionel Scaloni se notaba distinta, más suelta, atenta atrás, y apoyada por su público.

El Tata Martino salía de su área, con los brazos cruzados observaba, platicaba con sus auxiliares y señalaba hacía la cancha. Ahí, México no podía. Y al 86’, llegó el segundo tanto, un golazo de Fernández, quien dejó atrás la presión de Gutiérrez para sacar un disparo que se incrustó en la portería mexicana. Ahí, se acabó el partido para el Tricolor.

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