Bernardo Hurtado
Culiacán, Sinaloa.- Si bien al momento de una ruptura amorosa no se sufre un luto, sí es una pérdida de la relación afectiva que causa un proceso de duelo, informó la psicóloga Karla Urias para Viva La Noticia.
Al momento de haber una ruptura, comentó, duele el que ya no se tenga el tiempo con la persona que se había imaginado ser felices, dando paso al proceso que tendrá distintas salidas dependiendo de la madurez de los recursos psicológicos.
“Yo ahí abogaría mucho la cuestión del autoconocimiento; lamentablemente ahora en noviembre que trabajamos arduamente con los días de activismo y hablamos de las relaciones de pareja, existe algo que llamamos mito del amor romántico: socialmente nos han metido el chip de que necesitamos una pareja para estar completos y sin mi media naranja pues estoy incompleta, a ver, que la felicidad la tienes que adquirir tu como persona, como individuo, no dependería depender tu felicidad de tener o no tener pareja, de estar con otros”.
Independientemente de preferencias sexuales y tipos de relaciones, comentó la idea es que las personas primero se conozcan a sí mismas, se valoren, se respeten y se amen, y estando en una plenitud como persona, que da paso a una relación de pareja.
“¿Qué afectación hay? Pues sí, sino tienes tu un amor propio muy definido, te va a afectar más esa ruptura, porque todo tu amor y todo tu ser y todo tu motivo de vida no están en ti, sino en el otro, entonces ¿cómo superamos esa pérdida? Pues bueno, empezamos, mi recomendación, un trabajo de autoconocimiento, en cómo soy yo como persona, quién soy yo como persona, qué quiero, qué me motiva en la vida, qué me hace feliz, cuáles son mis metas”.
De ser una persona un ser completo, comentó, se comprenderá que una ruptura se da porque existen desacuerdos y no empatan, siendo natural comprendiendo la retirada, sin embargo, que se deja la posibilidad de otros tipos de relaciones que puedan enriquecer como ser humano.
Con ello, que es un proceso que depende de cada persona y que no hay prisa, debiendo aprender de lo vivido y trabajarlo con el aprendizaje, rompiendo patrones.