El duelo entre los Kansas City Chiefs y los Detroit Lions terminó con más tensión que fútbol americano. Lo que comenzó como un partido físico y cerrado, terminó convirtiéndose en una bronca campal en el centro del campo.
Todo se desató tras varios roces entre JuJu Smith-Schuster y Brian Branch, quienes protagonizaron forcejeos y empujones que fueron subiendo de tono con el paso de las jugadas.
Branch calificó el comportamiento del receptor como “bullying”, al considerar que los contactos iban más allá del juego limpio.
La situación se descontroló al finalizar el encuentro, cuando ambos equipos abandonaron sus bancas para involucrarse en una pelea generalizada.
Aunque Branch fue quien inició el contacto físico, el ambiente tenso y las provocaciones de ambos lados contribuyeron a encender los ánimos.
La NFL ya analiza el incidente y se espera una investigación que derive en sanciones ejemplares.
Este tipo de situaciones manchan el espíritu competitivo del deporte y dejan claro que la pasión debe quedarse dentro de los límites del juego.
