Krystel Bejarano

Culiacán, Sinaloa.- Aunque en ocasiones el cansancio cala hasta los huesos y el calor es insoportable, María Zavala sale todos los días de su domicilio a fin de acudir a abrir las cortinas de la tortillería donde trabaja, ya que de ahí saca el sustento para mantener su humilde hogar.

La mujer, que enviudó hace 5 años, tuvo que dejar la tranquilidad de su casa para buscar un oficio, ya que las necesidades de sus pequeños eran primordiales y sabía que el dinero no le caería del cielo.

Muy a pesar de los desvelos, el día para María comienza antes de las 5 de la mañana, ya que le tiene que hacer la comida a sus hijos, después llegar y preparar la masa para hacer las tortillas, posteriormente y a pesar de que su lugar de trabajo se convierte en un horno, debe dar la mejor cara a sus clientes y atenderlos con amabilidad, ya que ellos no son culpables de su historia, y son los que generan que su salario sea una realidad cada fin de semana…

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