Redacción

CIUDAD DE MÉXICO (Excelsior). Entre mayo y diciembre del año pasado, en medio de la pandemia de covid-19, el porcentaje de niñas y adolescentes de 10 a 15 años  que abandonaron la escuela a causa del embarazo pasó de 2% a 6.4%, mientras que las que lo hicieron porque tuvieron que ponerse a trabajar subió de 10.2% a 14.9 por ciento.

Según el estudio Equidad y regreso, ¿qué pasa con las niñas?, de la organización Mexicanos Primero, el no querer continuar fue la razón para dejar la escuela que más crecimiento tuvo al pasar de 2.9% a 31.9 por ciento.

El abandono escolar en niñas y jóvenes es una de las grandes preocupaciones y en esta investigación pudimos ver que 47.4% de los casos de abandono escolar fueron niñas y jóvenes. Se registraron aumentos muy preocupantes en causas de abandono escolar que hablan de la persistencia de roles de género tradicionalmente asignados y situaciones de violencia y/o abuso, como el embarazo a temprana edad”, destacó la investigadora Thamara Martínez.

Silvia Gutiérrez, supervisora de preescolar en Yucatán y presidenta del Consejo Yucateco de Docentes, dijo que, a dos años de la crisis sanitaria,  se ha identificado un aumento de embarazos tempranos, incluso, en niñas de 11 años.

Contó que, desde que inició la presencialidad, se ha reportado un aumento en el abandono escolar, principalmente en las más chiquitas, porque las familias todavía no creen en la educación preescolar.

En la primaria, depende mucho de las condiciones familiares, quienes dejan la escuela lo hacen por presiones económicas y, en el caso de las niñas, las familias prefieren que apoyen con labores domésticas, especialmente en primaria alta. En la secundaria es el embarazo, la frustración ante el rezago de aprendizaje, la dificultad de adaptarse a varios maestros.

Otros testimonios indican que, una de las causas del abandono escolar en primaria alta y secundaria, se atribuye al largo tiempo que las estudiantes estuvieron desvinculadas del sistema educativo. Conocemos el caso de una niña de sexto grado que se confina desde marzo de 2020, sin apoyo educativo en casa, con comunicación casi nula con su tutora y demuestra dificultad para resolver las actividades que se le propusieron por no contar con una orientación adecuada. Actualmente debiera cursar el segundo grado de secundaria, pero no se inscribe porque no se ha sentido capaz de lograr los aprendizajes esperados”, narró.

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