Un reconocido criador de gallos de pelea, Jorge Luis Castillo Corzo, perdió la vida en la provincia de Barranca, Perú, tras ser atacado por uno de sus propios animales durante los preparativos de una competencia. El incidente, ocurrido en el sector Las Delicias, fue grabado en video y rápidamente se viralizó en redes sociales. En las imágenes se observa el momento en que el hombre, de 55 años, es herido por el gallo dentro de la jaula donde se realizaban los últimos ajustes previos al combate.
De acuerdo con los testimonios de los asistentes, el ave se lanzó de manera repentina contra su dueño, clavándole las espuelas metálicas en la pierna. Estas navajas, utilizadas para aumentar el daño durante las peleas, perforaron la arteria femoral, lo que provocó una hemorragia masiva. Aunque los presentes intentaron auxiliarlo y fue trasladado de emergencia a un hospital, Castillo murió debido a la pérdida de sangre.
El video del ataque generó conmoción e indignación tanto en Perú como en otros países de la región. Mientras algunos usuarios en redes sociales exigieron la prohibición total de las peleas de gallos, otros defendieron la práctica al considerarla parte de las tradiciones culturales peruanas. El caso ha reavivado el debate sobre la legalidad y la ética de estas actividades, que siguen siendo permitidas por las autoridades.
En diciembre de 2024, la Comisión de Cultura del Congreso peruano aprobó un dictamen que reconoce las peleas de gallos y las corridas de toros como manifestaciones culturales, con el argumento de proteger las tradiciones regionales. Sin embargo, tras esta tragedia, organizaciones animalistas como Animal Defenders Perú calificaron el hecho como “un ejemplo de crueldad institucionalizada” y reiteraron su llamado a derogar la ley que ampara dichas prácticas.
Las autoridades locales informaron que se abrió una investigación para determinar si el evento donde murió Castillo contaba con las medidas de seguridad necesarias y si el uso de espuelas metálicas cumplía con las normas establecidas. Estos accesorios, colocados en las patas de los gallos, están prohibidos en varios países, pero en Perú su uso sigue permitido en eventos autorizados.
Especialistas veterinarios han advertido que las espuelas representan un riesgo tanto para los animales como para los humanos. El médico veterinario Luis Paredes señaló que “estas herramientas pueden convertirse en armas letales y generan sufrimiento innecesario”. En redes sociales, activistas exigieron que el caso sirva como punto de inflexión para reconsiderar la protección legal de las peleas de gallos, mientras el video del trágico suceso continúa circulando y generando fuertes reacciones.
