El gobierno de Colombia, encabezado por Gustavo Petro, denunció una “amenaza de invasión” por parte de Estados Unidos y llamó a consultas a su embajador en Washington, Daniel García Peña, luego de que Donald Trump anunciara el retiro de la ayuda financiera al país por supuestamente “fomentar” la producción de drogas. El anuncio del mandatario estadounidense, que también adelantó la imposición de aranceles, ha tensado gravemente las relaciones entre ambos países, tradicionalmente aliados estratégicos en la región.
Trump calificó a Petro como un “líder narcotraficante” y advirtió que Colombia debía “cerrar de inmediato” los narcocultivos o, de lo contrario, Estados Unidos lo haría “y no de buena forma”. Estas declaraciones fueron interpretadas por el ministro del Interior colombiano, Armando Benedetti, como una “amenaza directa de invasión o acción militar”. El funcionario señaló que no existe otra forma de cumplir con la advertencia de Trump que no implique una intervención, e incluso mencionó que una alternativa como la fumigación con glifosato atentaría también contra la soberanía nacional.
La Cancillería colombiana confirmó que el embajador García Peña ya se encuentra en Bogotá para sostener reuniones con el gobierno, que en las próximas horas anunciará las medidas diplomáticas a seguir. Este conflicto ocurre mientras Estados Unidos mantiene una postura cada vez más agresiva en la región, especialmente contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, aliado político de Petro.
Las tensiones aumentaron luego de que el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, informara sobre un ataque en aguas internacionales el 17 de octubre contra una embarcación donde murieron tres supuestos miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Aunque Washington afirmó que el objetivo estaba vinculado al narcotráfico, no presentó pruebas al respecto. Petro denunció el hecho como una violación de la soberanía colombiana y aseguró que entre las víctimas había ciudadanos pobres sin vínculos con grupos armados.
Mientras tanto, sectores de la oposición y medios locales han acusado al gobierno colombiano de promover una alianza militar con Venezuela para enfrentar a Estados Unidos, una narrativa que Benedetti calificó de falsa. En medio del conflicto, los gremios empresariales colombianos observan con preocupación los posibles aranceles anunciados por Trump, que podrían afectar gravemente la economía nacional.
Ante el panorama tenso, Petro adoptó un tono más conciliador y propuso eliminar aranceles a la producción agropecuaria y agroindustrial colombiana como una forma de fortalecer la economía legal. La crisis se da poco después de que Washington retirara a Colombia su certificación como aliado en la lucha antidrogas y revocara las visas del presidente y varios funcionarios. En 2023, el país sudamericano recibió más de 740 millones de dólares de ayuda estadounidense, la mitad destinados al combate contra el narcotráfico, una cooperación que ahora parece llegar a su fin.
