El Estado Mayor de la Defensa Civil de Cuba decretó este lunes la fase de alarma en las provincias orientales del país ante la inminente llegada del huracán Melissa, un poderoso ciclón de categoría 5. Las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas y Camagüey se encuentran bajo esta fase, mientras que las regiones centrales de Ciego de Ávila y Sancti Spíritus han pasado a alerta ciclónica.
Según el Instituto de Meteorología (Insmet), Melissa alcanzó vientos máximos sostenidos de 260 km/h y continúa intensificándose mientras se desplaza lentamente hacia el oeste, a una velocidad de 6 km/h. Se prevé que en las próximas 24 horas gire al norte-nordeste y, tras impactar Jamaica, llegue a Cuba en la madrugada del miércoles por el sur de la región oriental. Las autoridades advierten que las condiciones meteorológicas comenzarán a deteriorarse progresivamente desde este martes.
La Defensa Civil ha ordenado la evacuación de cerca de 650 mil personas en las zonas más vulnerables y pidió a la población mantenerse informada a través de los medios oficiales, siguiendo de forma disciplinada las indicaciones de las autoridades. Además, el Ministerio de Educación suspendió las clases y el Ministerio de Transportes canceló los viajes en autobús, tren y avión hacia y desde Santiago de Cuba y Holguín.
El sistema de fases de emergencia en Cuba incluye cuatro etapas: informativa, alerta, alarma y recuperativa. Esta última se activa una vez que pasa el peligro inmediato. El país tiene amplia experiencia en la gestión de desastres naturales, aunque las autoridades han advertido que la actual temporada ciclónica será una de las más activas de los últimos años, con la posible formación de hasta ocho huracanes en el Atlántico y el Caribe.
Melissa llega menos de un mes después de la tormenta tropical Imelda, que dejó dos muertos y graves daños en el oriente cubano. En 2024, la isla también fue azotada por los huracanes Óscar y Rafael, el último de los cuales provocó el colapso total del sistema eléctrico nacional. Con el nuevo ciclón en camino, Cuba enfrenta nuevamente el desafío de resistir el embate de un fenómeno extremo en una temporada marcada por la intensidad y la frecuencia de los huracanes.






















