Un juez federal sentenció a 54 años de prisión a Adrián Garza Torres, El Rambo o El Tigre, integrante del cártel de Los Zetas, quien junto con su célula delictiva se dedicaban al secuestro de alumnas de una Universidad en el estado de Tamaulipas.

El delincuente fue encontrado responsable de los delitos de delincuencia organizada y secuestro.

En 2010, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), comenzó una averiguación previa ante el número de secuestros que se estaban cometiendo contra jóvenes universitarias.

Ese mismo año se solicitó una orden de aprehensión y se le capturó. El agente del Ministerio Público Federal lo acusó del secuestro de siete personas.

Después de 11 años de juicio, la Fiscalía General de la República (FGR) presentó al juez de Distrito de Procesos Penales Federales, las pruebas suficientes para acreditar la responsabilidad de esta persona, quien también se hacía llamar Carlos Arturo Pérez Ramírez.

El juez federal dictó sentencia condenatoria de 54 años de prisión, además de que le impuso una multa de 209 mil 400 pesos y la reparación del daño por los siete secuestros.

De acuerdo con investigaciones de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), la captura del líder del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, en 2003, provocó que su brazo armado Los Zetas, diversificaran su forma de operar por órdenes de su dirigente Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca.

Los Zetas empezaron a extorsionar y a secuestrar a personas de todos los niveles económicos, además de migrantes; cobros por derecho de piso y por protección a negocios; robaban hidrocarburo; traficaban drogas y armas, entre otros, además de que son los responsables de las ejecuciones de personas de más alto impacto que se han conocido en los últimos 21 años. Es el cártel más sanguinario que ha operado en el país.

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