El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, desató una fuerte confrontación en el Senado de la República entre legisladores de la 4T y de la oposición. La discusión se tornó caótica, con insultos, gritos y descalificaciones. Los senadores de Morena y aliados llamaron “carroñeros” a panistas y priístas, acusándolos de aprovechar políticamente el homicidio del edil, mientras que la oposición exigió la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y criticó la falta de seguridad en Michoacán.
La sesión inició con un pronunciamiento de la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, quien condenó el “cobarde asesinato” y respaldó la estrategia de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum, así como el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, enfocado en atender las causas de la violencia. Sin embargo, el debate posterior se desbordó cuando los coordinadores del PRI, Ricardo Anaya, y del PAN, Manuel Añorve, acusaron al gobierno federal de haber dejado sin protección al alcalde.
Durante su intervención, la senadora Lilly Téllez exigió “una guerra con toda la fuerza del Estado” contra la delincuencia y arremetió con insultos contra el morenista Gerardo Fernández Noroña. La legisladora se negó a bajar de la tribuna, por lo que Castillo ordenó cortar su micrófono. Aun así, Téllez continuó gritando desde su escaño con un megáfono, interrumpiendo las intervenciones de otros senadores.
El panista Marko Cortés señaló que durante la actual administración han sido asesinados diez presidentes municipales, mientras que Ricardo Anaya acusó a Morena de “maquillar cifras” y de celebrar los resultados “como focas”. En respuesta, la morenista Reyna Celeste Ascencio calificó de “hipócritas” a panistas y priístas, asegurando que usaban la tragedia para atacar al gobierno e incluso promover la intervención extranjera.
En medio de los gritos, Fernández Noroña acusó a la oposición de lucrar con la muerte de Carlos Manzo y reiteró: “Ustedes se montan en el asesinato para hacer politiquería. ¡Carroñeros!”. Incluso ironizó sobre el empresario Ricardo Salinas Pliego, al que aludió como “vocero farsante”. La sesión terminó entre empujones verbales, con Lilly Téllez aún vociferando con su megáfono y posando para las cámaras, en un cierre que evidenció la polarización del Senado ante el crimen del edil michoacano.






















