Los cárteles de la droga fueron designados como organizaciones terroristas por el presidente de EU, Donald Trump, debido a las conexiones y operaciones internacionales de los grupos criminales.
. La administración del presidente Donald Trump designó ayer como “organizaciones terroristas globales” a ocho grupos del crimen organizado latinoamericanos, incluidos el cártel de Sinaloa (que fundaron en los años 1980 Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada), el Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, el del Noreste, el del Golfo (también conocido como CDG) y La nueva familia michoacana, al considerar que representan un riesgo para la seguridad nacional, la política exterior y los intereses económicos de Estados Unidos.
El Registro Federal señaló que la medida entra en vigor hoy y completan la lista la M-13 o Mara Salvatrucha (creada en Los Ángeles en los años 1980, pero que se extendió a El Salvador, Guatemala y Honduras) y el Tren de Aragua, una banda fundada en 2014 en Venezuela y que está implicada en secuestros, robos, tráfico de drogas, prostitución y extorsión, así como en la explotación ilegal de oro y trata de personas.
Trump emitió un decreto que pedía a sus funcionarios evaluar si algún cártel criminal o pandilla trasnacional debería ser designado grupo terrorista.
El comunicado, que firmó el jefe de la diplomacia estadunidense, Marco Rubio, estima que estas organizaciones amenazan “la seguridad nacional, la política exterior o la economía de Estados Unidos, pues operan en distintos puntos del continente e inundan Estados Unidos de droga, flujos irregulares de migrantes y, cada vez más, de una violencia exacerbada en otros puntos de la región”.
Tras el anuncio, el millonario tecnológico y cercano asesor de Trump, Elon Musk, publicó en su red social X: “eso significa que son elegibles para ataques con drones”.
La etiqueta de “organización terrorista extranjera” es inusual porque utiliza la designación de terrorismo que normalmente se reserva a entes como Al Qaeda o el grupo Estado Islámico, que utilizan la violencia con fines políticos, y no a redes criminales enfocadas en el dinero, como los cárteles.
El gobierno de Trump argumenta que las conexiones y operaciones internacionales de los grupos, que incluyen el tráfico de drogas, el contrabando de migrantes y los actos violentos para extender su territorio, justifican la designación.
Los críticos de la medida la califican de innecesariamente amplia y dura, lo que podría dañar las relaciones y paralizar el comercio con América Latina. Las empresas, bancos y compradores podrían temer posibles acusaciones por parte de Estados Unidos si realizan transacciones relacionadas con el mundo de los cárteles, ya sea de forma deliberada o no.
La designación de “organización terrorista” amplía la capacidad del gobierno para combatir a estos grupos a través de todas las agencias y de imponer sanciones.
No está claro qué efecto tendrá la medida, pues las agencias estadunidenses ya cuentan con una serie de herramientas a su disposición para perseguir a los grupos del crimen organizado trasnacional restringiendo la capacidad de sus miembros para viajar o hacer negocios.
Al respecto, el diario británico The Guardian señaló que la principal diferencia será el rango de personas que podrán ser blanco de los ataques, que se ampliará para incluir a cualquiera que brinde “apoyo material” a los cárteles.
Ese tipo de asistencia puede ser cualquier cosa, desde respaldo logístico y servicios financieros, hasta capacitación y alojamiento, armas y documentos falsos. Pero la interpretación exacta de todo esto dependerá de la voluntad política, agregó.
México teme que Estados Unidos use dicha designación de excusa para intervenir en su territorio en una supuesta lucha contra los cárteles, como han solicitado algunos congresistas republicanos.
En ese sentido, la presidenta Claudia Sheinbaum ha amenazado con ampliar la demanda contra armerías de Estados Unidos porque “como ya reconoció el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos, 74 por ciento de los pertrechos de los grupos delictivos vienen de ese país”.
Los grupos de ayuda dicen que, en el pasado, cuando Estados Unidos designó a algunos grupos como organizaciones terroristas extranjeras, puso en riesgo las importaciones de alimentos en los países, por ejemplo, al hacer que las empresas navieras temieran que los fiscales estadunidenses pudieran acusarlas de apoyar directa o indirectamente a los grupos objetivo.
Durante el primer periodo presidencial de Trump (2017-2021), el magnate consideró designar a los cárteles como grupos terroristas, pero finalmente lo descartó. Altos funcionarios estadunidenses de la época expresaron en privado sus dudas de que la medida pudiera dañar las relaciones con México y obstaculizar la lucha contra el narcotráfico.
Otra preocupación era que las designaciones pudieran facilitar que los migrantes obtuvieran asilo en Estados Unidos bajo el alegato de que huían del terrorismo, lo que choca con las actuales políticas migratorias de la administración Trump.