Un avión de combate F/A-18F Super Hornet y un helicóptero MH-60R Sea Hawk asignados al portaaviones estadounidense USS Nimitz se estrellaron con apenas 30 minutos de diferencia en el Mar de China Meridional, según informó la Flota del Pacífico de la Marina de Estados Unidos. Los cinco tripulantes involucrados lograron sobrevivir: los dos pilotos del caza se eyectaron a tiempo y los tres miembros del helicóptero fueron rescatados poco después del impacto. Todos se encuentran en condición estable, mientras las causas de los incidentes están bajo investigación.
El presidente Donald Trump, quien se dirigía a Tokio para reunirse con Xi Jinping, comentó los accidentes ante la prensa a bordo del Air Force One. El mandatario minimizó las especulaciones sobre un posible sabotaje y señaló que podría tratarse de “combustible malo” u otras causas técnicas, asegurando que el origen de los hechos se conocería pronto. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ofreció ayuda humanitaria a Estados Unidos, en un gesto inusual dada la tensión que caracteriza las relaciones entre ambos países en la región.
El Mar de China Meridional es considerado una de las zonas más estratégicas y disputadas del planeta. China reclama casi toda su extensión, en conflicto con Filipinas, Vietnam y Malasia, mientras que Estados Unidos mantiene operaciones de “libertad de navegación” y un tratado de defensa con Filipinas. Por ello, cualquier incidente militar en la zona adquiere una gran sensibilidad geopolítica, especialmente cuando involucra unidades navales como el USS Nimitz.
El USS Nimitz, uno de los portaaviones más antiguos de la flota estadounidense, regresaba a su base en el estado de Washington tras varios meses desplegado en Oriente Medio. Durante ese tiempo, participó en operaciones de respuesta a los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra el tráfico mercante. Este despliegue marca uno de los últimos del buque antes de ser retirado del servicio activo, tras más de cuatro décadas de operaciones.
No es la primera vez que portaaviones estadounidenses sufren incidentes aéreos recientes. El USS Harry S. Truman registró varios percances similares durante su última misión en Oriente Medio, incluyendo la caída accidental de cazas al mar y errores en maniobras de aterrizaje. Aunque ninguno de estos episodios causó muertes, la acumulación de accidentes ha generado preocupación dentro de la Marina sobre los protocolos de seguridad y el mantenimiento de las aeronaves embarcadas.






















