Redacción

Culiacán, Sinaloa.- A principios de abril, Jesús comenzó a sentirse enfermo. Al inicio solo era un leve dolor muscular, que podría pensarse que era por el ejercicio, pero días posteriores comenzaron los demás síntomas, momento en el cual llamó al Sector Salud quienes le hicieron la prueba, pero no le dieron los resultados inmediatamente. El 3 de abril, al verlo muy enfermo su esposa decidió llevarlo al hospital, donde a partir de entonces quedó internado.

Fue un proceso muy intenso, comentó Jesús, a pesar de no tener los resultados de la prueba ya estaba resignado a tener la enfermedad de la que tanto se había hablado, le tocó ver como sobrellevaban la situación otros pacientes, e incluso le impactó enormemente cuando su vecino de cama falleció como víctima del virus y después de eso le tocó ser testigo de otras más.

Lo mejor que pudo hacer fue encomendarse a Dios, pedir fortaleza para salir adelante, además, en todo el trayecto intentó ser positivo y mantener su mente ocupada para poder regresar a casa con su esposa e hijos, que diariamente estaban preguntando por su estado de salud, el cual iba empeorando al transcurso de los días.

Algo muy interesante que lo mantuvo con el pensamiento ocupado en otra cosa que no fuese el miedo a morir, era que curiosamente había mucha relación en el número 3; en ese entonces tenía 3 días internado, estaba en el tercer piso, en la habitación 3 y en la cama 3363, además su hija nació en un día 3. Jesús pasó sus días internado buscando los distintos significados a esa simbología y a la fecha continúa haciéndolo, ya que ha quedado como un número de la suerte para él.

“En sí fue un proceso de 20 días donde, pues, cuando te das cuenta que es realidad lo que está sucediendo, que sí puedes perder la vida por una negligencia o falta de cuidado sí uno se pone a reflexionar mucho y darle sentido a la vida, porque a todos nos puede pasar”, dijo.

Destacó que este proceso quedará muy marcado en su vida y la de su familia, porque le hizo reflexionar sobre lo que realmente vale la pena y las cosas importantes, además agradeció a todo el personal de salud que lo atendió con paciencia y le ayudó a superar esta prueba, incluso al guardia de seguridad del IMSS que le dio porras al entrar al hospital.

Jesús fue dado de alta este 23 de abril y espera que su testimonio llegue a muchas personas para que entiendan que el coronavirus es una enfermedad real, que está cobrando la vida de la gente, porque es lamentable ver que aún hay inconciencia y que los casos de contagios siguen creciendo a pesar de que es una situación que se puede prevenir.

 

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