Culiacán, Sinaloa-. El síndrome de la niña buena o la niña obediente surge bajo diferentes circunstancias, uno teniendo que ver con el contexto familiar en dónde la identidad de la mujer crece muy sesgada a solamente lo que cumple las expectativas.
La Psicóloga Karime Moreno compartió que, por otra parte está la otra forma social de cómo debe ser el conducir de una mujer y hasta dónde se puede atrever a romper a algunos paradigmas familiares-sociales.
“Y entonces es ahí dónde se gesta esta parte de ‘okay quiero encajar en algún circulo social’ entonces tengo que apropiarme del ser una niña buena, ser una niña obediente, entonces a partir de ahí pues las personas crecen con un montón de etiquetas ¿no? Pero al final del día si está forma con la que fue criada una mujer funciona, la va a llevar a un lugar de felicidad porque van a ser solamente las expectativas que se vayan buscando crear, pero si la mujer tiene una visión, un panorama más amplio de lo que justo necesita en la vida pues no la va a llevar al lugar que quiere, entonces esto se gesta de forma social y de forma familiar”.
Desde CEPAVIF, la jefa de departamento de atención, asesoría y consulta de CEPAVIF, Dahali Espinoza Flores explicó que trabajan este síndrome desde las visiones de género y una de las funciones de género de instaurar los estereotipos de género es poder dividir funciones en relación al sexo.
“Es decir eres mujer correspondes a un género femenino y en este género femenino existe una socialización y para que exista una educación diferenciada hombres de mujeres, pues a ti te educó de cierta forma, mientras que a los hombres se les educa de una manera para poder verse a sí mismos, para poder desarrollar sus propios recursos, a las mujeres se les desarrolla o se les educa o se les socializa para poder servir a la y los demás, entonces el síndrome de la niña buena o niña obediente enfoca o tiene causa en cuánto a la visión de género que nosotros hacemos para deconstuir esta visión de que la mujer tiene que ser asistencial, tiene que ser bondadosa, tiene que servir a la y los demás para entonces ser útil, ser validada y ser vista”.
Por su parte, la ciudadana activista, Ana Braud destacó que el síndrome de la niña buena o la niña obediente es un problema para el desarrollo de las mujeres, ya que desde el machismo se tiende a glorificar estas actitudes de abnegación.
“De sacrificio, simplemente analiza lo que es el patrón de una madre idealizada y es eso una persona que se va a quitar la comida de la boca, que va a poner las necesidades de todo mundo antes que las propias y yo creó que es algo muy parecido ¿no?”.
Con ello que, vivimos en un mundo donde las expectativas sociales y familiares nos suelen instar a ser “la niña buena”, no dar problemas, a poner siempre buena cara, ser complacientes, agradables, serviciales, atentas, a anteponer a los demás, y si bien afecta a las mujeres principalmente, puede aplicar para todas las personas.