Cuatro décadas al servicio de la población y a la enseñanza de estudiantes, más de 40 generaciones de profesionistas formados, miles de pacientes beneficiados en atención médica e investigación clínica, es parte del resultado de la visión del doctor Carlos Alfredo Zambada Sentíes, apoyado por un grupo de médicos especialistas, quienes tuvieron el interés y el ímpetu de crear en Sinaloa, el primer espacio dedicado al desarrollo y construcción de conocimiento en el campo de la salud.

“Nos encontramos precisamente en el Hospital del ISSSTE, estaba yo fungiendo como Subdirector Médico, y él un día en la tarde llegó a mi oficina y me dijo -oye, Urías, qué te parece si aquí en Culiacán, hacemos y formamos una escuela de medicina”, relató el doctor Heriberto Urías Flores, especialista en cirugía general y gastroenterología y uno de los fundadores de la Coordinación Universitaria del Hospital Civil, hoy Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS) y la Facultad de Medicina.

Esa charla por varias horas, contagió de entusiasmo, a tal grado que empezaron a tocar puertas para encontrar dónde se establecería la Escuela de Medicina, buscando la participación de la máxima casa de estudios y de nosocomios de la ciudad, donde la institución educativa aportaría la parte académica y los hospitales, el campo clínico para fortalecer los aprendizajes.

Luego de recorrer las distintas unidades médicas de la capital sinaloense, observaron que solo eran espacios enfocados a curar, más no a enseñar, teniendo como última opción el Hospital Civil de Culiacán, un campo “abandonado”, de singular arquitectura y un alto potencial.

“Al ver y entrar al quirófano, nos dimos cuenta que era muy peculiar, es decir, tenía una campana de vidrio como techo y encima podían sentarse 15 o 20 alumnos para estar viendo lo que el cirujano estaba operando. Nos gustó el espacio y dijimos aquí va a ser”, compartió.

Tras esa decisión, empezó otro peregrinar, puesto que, el espacio en el que se había decidido fundar aquella escuela requería, principalmente, apoyo del Rector de aquel período, y del consentimiento del Gobernador del Estado, quien luego de muchas pláticas, aceptó ponerlo en marcha.

La idea era que la Universidad pusiera la planta académica absorbiendo sus salarios, quienes al mismo tiempo ofrecerían atención médica, operarían, curarían y desarrollarían investigación, haciendo uso de las diversas áreas del Hospital Civil, el cual aportaría las instalaciones, el personal de enfermería y administrativo.

Ese sí, no solo representó una gran oportunidad para aquellos jóvenes que aspiraban a cursar estudios de medicina, sino también para sus familias, quienes ya no tenían que pasar peripecias para apoyar a sus hijos y enviarlos a estudiar una carrera médica fuera del estado, en este caso a la Ciudad de México.

El camino no ha sido fácil, pero a partir de este logro, surgió en 1977, la Escuela de Medicina y la Coordinación Universitaria del Hospital Civil, espacios institucionales que haciendo sinergia con la dirección del Hospital Civil de Culiacán, han contribuido a la formación con altos estándares educativos de miles de estudiantes, que generación tras generación han impactado significativamente en la salud de millones de personas.

Fue la calidad en la enseñanza la que posicionó a la Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), actualmente, Facultad de Medicina, como una de las mejores del país, teniendo rápidamente una alta demanda que obligó a migrar sus instalaciones a un lugar donde se pudiera dar apertura de ingreso a un mayor número de jóvenes.

La llegada de la tecnología, marcó otra pauta, pues con la adquisición de equipamiento e instrumentos tecnológicos, se amplió el ramo de las especialidades, el desarrollo de investigación y de experimentos e inclusive la creación de revistas médicas, hecho que abrió el camino para transitar a lo que hoy se conoce como CIDOCS, un centro que busca formar residentes especialistas con proyección nacional e internacional.

Fue entonces, esa visión, ese compromiso con la sociedad y el interés de ofrecer una educación de calidad, los que han prevalecido y permitido que hasta la fecha el nombre de la más que centenaria institución continúe haciendo eco, egresando recurso humano del área de la salud con una formación de calidad y de vanguardia en la enseñanza médica y con alto valor humanista.

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