La aparición del trenazo del Jabalíes en Mazatlán
Albaro Sandoval
Taxista brinda servicio a una joven mujer, la cual se mete a una vivienda por dinero para pagar el viaje, pero… se entera de algo que lo hace sentir escalofrío y miedo.
El trenazo del Jabalíes en Mazatlán dejó una leyenda urbana que cuando se habla de apariciones o almas en pena, muchos la recuerdan.
El trenazo ocurrió el 31 de mayo de 1996 en el cruce ferroviario de la avenida Santa Rosa, justo a la entrada del Infonavit Jabalíes. El tren arrolló un camión urbano donde iban un total de 48 personas. Hubo 34 muertos y 14 sobrevivientes.
Se cuenta que justo al año de la tragedia un taxista recogió a una pasajera. Era una mujer joven, quien solicitó un servicio al Infonavit Jabalíes.
“Es una historia que se cuenta. Será verdad o mentira, pues no sé. Pero yo la supe después del trenazo en el cruce de la avenida Santa Rosa. Se dice que la muchacha tomó el taxi y pidió al chofer que la llevara al Infonavit Jabalíes”.
Cuando llegaron al domicilio, la pasajera le dijo que iría por dinero para pagarle el viaje. El taxista estuvo de acuerdo, la vio bajar del auto, caminar hacia la casa, abrir la puerta y entrar.
La esperó un buen rato y su pasajera no salía a pagarle el servicio. El conductor se desesperó. Decidió ir a buscarla y tocó a la puerta de la casa.
“Le abrió una mujer que no era la muchacha. El taxista le explicó que buscaba a una joven a la que había traído y que había entrado por dinero para pagarle el viaje. Lo mujer le dijo que ahí no había entrado nadie. Entonces el taxista miró hacia dentro de la casa y observó colgada en la pared, una fotografía de la joven pasajera”.
Entonces la mujer le aclaró que no era posible. Ese día su hija cumplía un año de haber fallecido en el trenazo del Jabalíes.
Al escuchar esto, el taxista sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, y aún tembloroso, abordó su vehículo y se alejó temeroso del lugar.

Lo que cree la Iglesia católica sobre el alma de los muertos
Bernardo Hurtado
La fe, enseña que al morir el alma se separa del cuerpo, compareciendo ante Dios en lo que se llama el juicio particular, compartió con Viva La Noticia el Padre Saul Norzagaray.
Recordando que «alma» viene de la palabra ánima, significando ‘principio de vida’, destacó que es esta da vida al cuerpo, y una vez que llega la muerte, que según su relación con Dios y su estado de gracia va al cielo, pasa por el purgatorio o se condena en el infierno. «Sí muere en… Por decisión propia».
A veces, comentó, hay manifestaciones de algunas almas debido a su santidad como en el caso de la Virgen María, no tratándose de almas que vagan sino de «intervenciones con sentido divino no supersticioso».
Respecto a las almas en pena que asustan o inquieten a las personas, respondió que desde la iglesia no se afirma su existencia, siendo una creencia popular cultural pero no una doctrina cristiana.
La iglesia, señaló, sí reconoce que algunas personas pueden llegar a experimentar fenómenos inexplicables, recomendando orar por los difuntos especialmente en misa y evitar supersticiones y prácticas ocultistas, mencionando que se pueden abrir puertas a engaños espirituales.
Así, que siempre se debe de confiar en la misericordia de Dios y buscar el acompañamiento espiritual con sacerdotes si algo causa miedo o confusión.

Lo que cree la Iglesia Evangélica sobre la muerte y el alma
Irene González
El pastor evangélico Baltazar Zamora expresó la postura de la comunidad evangélica respecto a las celebraciones del Día de Muertos, señalando que, desde su fe, la muerte no es motivo de culto sino de reflexión espiritual. “La muerte fue vencida por Jesucristo”, afirmó, citando la Primera Carta a los Corintios, capítulo 15, como fundamento doctrinal.
El funcionario del Concilio Nacional de las Asambleas de Dios en México reconoció el arraigo cultural de esta tradición en México, pero hizo un llamado a respetar la diversidad religiosa en el ámbito educativo, especialmente en el nivel básico, donde se promueve la elaboración de altares como parte de proyectos escolares.
“La educación es laica. Si hay niños que no están de acuerdo en participar en actividades como levantar altares, debe respetarse su decisión sin que eso afecte su evaluación académica”, señaló.
El pastor también compartió su visión sobre la vida después de la muerte, basada en las enseñanzas del Evangelio. Explicó que, según la fe cristiana, quienes aceptan a Jesucristo como Salvador tienen la promesa de vida eterna.
“La eternidad nos espera a todos, pero depende de dónde decidamos ir en vida. La Biblia es clara: hay vida después de la muerte”, dijo, citando Romanos 10 y 1 Tesalonicenses 4 como referencias.
Zamora relató testimonios de personas que, tras experiencias cercanas a la muerte, afirmaron haber sentido la presencia de Dios y regresado con una renovada fe. “Dios puede permitir que alguien vuelva para cumplir un propósito”, compartió.
Finalmente, el pastor reiteró su respeto por quienes celebran el Día de Muertos, pero subrayó que su comunidad no lo practica por convicción doctrinal.
“Recordamos a nuestros seres queridos con amor y gratitud, reconociendo su legado. Pero no celebramos la muerte, porque creemos que fue vencida por Cristo”, concluyó.
El pastor Baltazar Zamora, representante de la comunidad evangélica, también hizo un llamado a respetar la diversidad religiosa en el ámbito educativo, especialmente en el nivel básico, donde se promueve la elaboración de altares como parte de proyectos escolares. Subrayó que la educación debe mantenerse laica y que ningún alumno debe ser obligado a participar en actividades que contradigan sus creencias.
En cuanto a la vida después de la muerte, el pastor reafirmó la creencia cristiana en la salvación y la vida eterna para quienes aceptan a Jesucristo como Salvador. Citó textos bíblicos como Romanos 10 y 1 Tesalonicenses 4, y compartió testimonios de personas que, tras experiencias cercanas a la muerte, afirmaron haber sentido la presencia de Dios.

Llama el Padre Manuel Silva a reflexionar sobre la vida y la muerte
Cinthia Soto
En el marco de la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos, el párroco de la iglesia San Juan de los Lagos, Monseñor Manuel Silva, invitó a la comunidad a hacer una pausa para orar por los seres queridos que han partido y reflexionar sobre el sentido de la vida y la muerte.
El sacerdote destacó que, desde la fe cristiana, la muerte no debe entenderse como un final absoluto, sino como una transición hacia la vida eterna y el encuentro con Dios. “La muerte es un paso que nos une con Él y debemos vivirla con esperanza”, expresó.
Monseñor Silva subrayó la importancia de revisar cómo estamos viviendo, si lo hacemos en armonía con nosotros mismos, con los demás y con Dios.
“Recordar que un día vamos a morir nos ayuda a valorar la vida y aprovechar el tiempo que tenemos para renovarnos y dar vida”, señaló.
Asimismo, reconoció que la pérdida de un ser querido siempre duele, pero afirmó que Dios es quien sostiene y da consuelo en esos momentos de tristeza.
“Cuando un ser amado se va, sentimos como si nos lo arrebataran, pero es parte del camino que todos seguimos. Hemos sido creados para la vida, una vida que no termina, sino que se transforma en eternidad”, puntualizó.
Finalmente, el párroco exhortó a los fieles a orar y pedir a Dios la luz necesaria para comprender el misterio de la muerte, recordando, que algún día, todos habremos de responder ante Él.























