El fallecimiento de Yusvely, una joven venezolana de aproximadamente 20 años y estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), conmocionó a la ciudad de Puebla luego de que se quitara la vida en la Vía Atlixcáyotl. Su muerte ha generado una profunda reflexión en torno a la salud mental, el abuso sexual intrafamiliar y la falta de acompañamiento emocional que enfrentan muchos jóvenes migrantes y estudiantes en el país.
Horas antes del hecho, la joven publicó una carta en su cuenta de Instagram dirigida a su madre, en la que expresó dolor y arrepentimiento, además de revelar haber sido víctima de abuso sexual por parte de su hermano, situación que —según relató— fue minimizada dentro de su familia. Su mensaje, compartido poco antes del suceso, ha sido interpretado por usuarios y colectivos como un llamado urgente a escuchar y atender las señales de quienes atraviesan un momento de crisis emocional.
De acuerdo con reportes, Yusvely mantuvo una llamada con su pareja minutos antes del hecho, durante la cual manifestó su intención de atentar contra su vida. Aunque su novio intentó alertar a las autoridades, la ayuda no llegó a tiempo. Testigos en el lugar indicaron que trabajadores del transporte colocaron señalamientos para evitar accidentes y resguardar el sitio mientras se realizaban las labores correspondientes.
La noticia ha visibilizado una problemática creciente: el aumento del suicidio juvenil en México, que, según cifras del Inegi, ha crecido más del 30 % en la última década entre personas de 15 a 24 años. Especialistas señalan que la falta de atención temprana, el estigma en torno a la salud mental y el silencio ante la violencia sexual son factores que agravan la situación.
La BUAP, autoridades estatales y diversos colectivos feministas lamentaron el fallecimiento y solicitaron una investigación integral que considere el entorno emocional y familiar de la joven. Además, hicieron un llamado a fortalecer los programas de prevención y apoyo psicológico. En México, servicios como SAPTEL (800 472 7835) y la Línea de la Vida (800 911 2000) ofrecen atención gratuita y confidencial las 24 horas. Hablar y acompañar, señalaron las autoridades, puede ser una manera de salvar vidas.






















