Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2022, aproximadamente del 16 por ciento de las personas mayores de 18 años en el mundo padecían de obesidad o sobre peso, y en México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) manifiesta que en el 2021 alrededor del 36 por ciento tiene obesidad y sobrepeso el 39 por ciento, estadísticas alarmantes para la salud pública, opinó el nutriólogo Alexis Ramos Eceverre.
“La obesidad la podemos definir como una enfermedad crónica multifactorial que se caracteriza por una ganancia en exceso de tejido graso, esto nos va a provocar problemas metabólicos, ortopédicos y además psicosociales”, explicó.
El especialista en nutrición de la Unidad de Bienestar Universitario (UBU) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) indicó que, es preocupante para la salud pública en el país, ya que el costo de su tratamiento es elevado y existe un desabasto en el sistema de salud que permita atender adecuadamente a toda esta población.
Con ello en mente, señaló que ya se están tomando medidas para la prevención de esta enfermedad, como ejemplo, la SEP Federal impulsará nuevamente el programa de salud escolar que elimina alimentos ultra procesados y dañinos en las escuelas públicas, impulsando la creación de hábitos saludables en niños y jóvenes, tal y como lo ha trabajado la Universidad Autónoma de Sinaloa desde la Unidad de Bienestar Universitario.
“La Universidad Autónoma de Sinaloa también lleva a cabo los programas en contra para ayudar a prevenir esta obesidad, entre ellos el llamado Programa Estrategia Nacional de Salud Escolar (PENSE) o Escuela Saludable, o cualquier otro programa que impulsamos en la UBU, en la que nos encargamos de capacitar tanto a los directivos, maestros, así como a los alumnos en materia de salud, les hablamos de como tener una vida más saludable, cambio de hábitos, entre otras cosas”, destacó.
Ramos Eceverre resaltó que, como recomendación para reducir estos niveles, es importante seguir las guías nutricionales y el plato del buen comer para una alimentación balanceada, reducir el consumo de comidas ultra procesados y bebidas azucaradas, practicar actividad física diaria, al igual que evitar comer en la calle e intentar hacerlo en casa, controlando las porciones y el estado del alimento.