El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que América Latina y el Caribe crecerán un 2.4% en 2025, manteniendo el mismo ritmo que el año anterior, pese a los riesgos derivados de las tensiones comerciales y los aranceles de Estados Unidos. Según el informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO), la expansión regional se moderará ligeramente a 2.3% en 2026, aunque las previsiones mejoraron respecto a las de abril gracias a menores aranceles y a un desempeño económico más sólido en varios países.
El FMI atribuye la revisión al alza de 0.4 puntos porcentuales principalmente a México, cuya economía se espera que crezca un 1% en 2025, es decir, 1.3 puntos más que lo estimado previamente. A nivel global, el Fondo también elevó sus expectativas, proyectando un crecimiento del 3.2%, impulsado por un desempeño más estable en Estados Unidos y por la moderación de las preocupaciones en torno a las políticas arancelarias impulsadas por el presidente Donald Trump.
El organismo internacional reconoció que el “impacto del shock comercial es modesto hasta ahora”, según explicó su economista jefe, Pierre-Olivier Gourinchas, y destacó que la incertidumbre global se ha reducido gracias a la renegociación de tratados bilaterales y a la inversión tecnológica en economías avanzadas. Pese a ello, el FMI advierte que el entorno económico sigue siendo volátil, con factores como la política estadounidense y la adaptación de otras economías a nuevas condiciones globales.
Uno de los casos más notables en la región es Argentina, que tras una caída del -1.3% en 2024, se espera que registre un crecimiento de 4.5% en 2025, a pesar de sus dificultades financieras. El informe destaca también que los mercados emergentes muestran fortaleza, aunque su panorama sigue siendo frágil ante factores externos como la inflación, que sorprendió al alza en países como México y el Reino Unido.
El FMI advierte además que las nuevas políticas migratorias de Estados Unidos podrían tener un impacto negativo en su economía, reduciendo su PIB entre 0.3% y 0.7% anual. Aunque la región latinoamericana muestra signos de resiliencia, el Fondo recomienda cautela ante posibles choques externos y advierte que el crecimiento sostenido dependerá de mantener la estabilidad macroeconómica y de fortalecer la cooperación comercial internacional.






















