El alpinista polaco Andrzej Bargiel alcanzó un récord histórico al convertirse en la primera persona en escalar y descender el Monte Everest en esquís sin oxígeno suplementario, un reto que redefine los límites del montañismo extremo. Con 8.849 metros de altura, la cima más alta del planeta es conocida por exigir el máximo de resistencia física y mental, lo que convierte la hazaña en un hito sin precedentes.
Bargiel, de 37 años, inició su descenso tras una ascensión de cuatro días marcada por condiciones extremas. Desde la cumbre grabó un mensaje anunciando que bajaría esquiando, un trayecto que lo llevó por la peligrosa “zona de la muerte”, donde la falta de oxígeno hace casi imposible la supervivencia. Allí, junto a su guía, Dawa ‘Speed’ Sherpa, quedó atrapado durante 16 horas por fuertes nevadas, en una situación que describió como “potencialmente mortal, incluso con oxígeno suplementario”.
El descenso se extendió durante dos días y sumó 3.500 metros de desnivel, con una parada obligada en el Campamento Dos cuando cayó la noche. Uno de los tramos más críticos fue el paso por el Khumbu Icefall, un laberinto de bloques de hielo en movimiento. Para superarlo, Bargiel contó con el apoyo de un drone pilotado por su hermano, lo que le permitió avanzar sin cuerdas y sin quitarse los esquís, un recurso nunca antes utilizado en una expedición de este tipo.
Este logro cobra mayor dimensión porque menos de 200 alpinistas han alcanzado la cima del Everest sin oxígeno y ninguno lo había intentado descender esquiando. Bargiel ya había fracasado en dos intentos anteriores, en 2019 y 2022, debido a las duras condiciones climáticas. En esta ocasión, su preparación física y mental fue clave para soportar más de 16 horas por encima de los 8.000 metros, un esfuerzo que solo unos pocos en el mundo pueden resistir.
La hazaña se suma a una trayectoria marcada por la conquista de montañas letales. En 2018, Bargiel descendió el K2 en esquís, un reto considerado imposible por su alta mortalidad, y en 2023 completó descensos en cuatro cumbres del macizo del Karakórum. Hasta ahora suma seis de los catorce “ochomiles” del planeta descendidos sin oxígeno, consolidando su objetivo de ser el primero en completar todos los picos de más de 8.000 metros de esta manera.
Con este récord, Bargiel no solo escribe una página única en la historia del alpinismo, sino que también mantiene viva su meta de esquiar los catorce “ochomiles”. El Everest representa una de las mayores pruebas superadas en ese camino, pero todavía le restan montañas por conquistar en su carrera personal por lograr lo que nadie ha hecho antes: dominar las cimas más peligrosas del mundo sin oxígeno suplementario y deslizándose sobre esquís.






















