La diputada Paola Gárate presentó ante el Congreso del Estado la iniciativa de Ley de Resiliencia Económica y Recuperación Territorial de Sinaloa, una propuesta que busca institucionalizar la respuesta ante desastres naturales y crisis de violencia, garantizando atención rápida, ordenada y con financiamiento asegurado
Gárate subrayó que Sinaloa enfrenta de forma recurrente huracanes, sequías, inundaciones y episodios de violencia que afectan el empleo, la inversión y la cohesión territorial. Sin embargo, reconoció que la respuesta institucional ha sido fragmentada y sin criterios técnicos claros.
“Esta no es una iniciativa de Paola Gárate. Es una propuesta construida con profesionistas, vecinos, sectores productivos y organizaciones sociales. Es de todas y todos los sinaloenses”, afirmó.
La iniciativa propone declaratorias de zonas de recuperación económica con plazos definidos y diagnósticos técnicos inmediatos, Mesas de Reactivación Económica para coordinar acciones en territorio, y un Fondo de Resiliencia Económica con recursos estatales acumulables y complementables con convenios nacionales e internacionales.
“No venimos a normalizar la emergencia, venimos a institucionalizar la respuesta. Esta ley le pone brújula al Estado y memoria a la experiencia”, enfatizó la legisladora.
Ante la ausencia de un marco federal específico, Gárate planteó que Sinaloa puede convertirse en pionero con una política pública basada en justicia territorial, transparencia, participación ciudadana y corresponsabilidad público-privada.
La propuesta recibió el respaldo de la bancada del PAN Sinaloa. La diputada Roxana Rubio Valdez destacó la urgencia de contar con mecanismos eficaces y sensibles ante desastres, mientras que el diputado Jorge Antonio González Flores celebró que el Congreso avance hacia una legislación moderna que priorice la seguridad económica y social.
“Este tipo de iniciativas deben unirnos, no dividirnos; porque cuando Sinaloa se levanta, lo hace con todos”, expresó González Flores.
La legisladora local del PRI concluyó reiterando su apertura al diálogo y al enriquecimiento del dictamen con todas las fuerzas políticas y sectores sociales:
“La próxima vez —y habrá próximas veces—, la diferencia entre caernos y levantarnos no puede seguir siendo la suerte: debe ser la ley”.
