Una pareja rusa desató una ola de indignación internacional tras difundir un video en el que aparentan tatuar a su hijo de un año para participar en un concurso promovido por el streamer Mellstroy. En las imágenes, el bebé aparece llorando mientras su madre simula tatuarle la frase “Mellstroy.Game” en el brazo. El video, difundido en TikTok, generó fuertes reacciones y llevó a las autoridades rusas a abrir una investigación por posible maltrato infantil.
Según el medio británico The Sun, los padres grabaron el video como parte de una competencia organizada por Mellstroy, un influencer ruso-bielorruso de 26 años conocido por sus polémicos retos en redes sociales. El concurso prometía regalar apartamentos valorados en más de 60 mil dólares a quienes publicaran los videos más impactantes para promocionar su casino en línea. En la grabación, la madre explica que decidieron participar porque están endeudados y no pueden pagar una vivienda propia, mientras el bebé llora desconsoladamente.
Tras la viralización del video, los padres aseguraron que el supuesto tatuaje era falso. En declaraciones al medio ruso Izvestia, la madre explicó que “no tatuamos al niño, solo fingimos hacerlo”. Afirmó que escribieron la inscripción con un bolígrafo de gel negro y que el cartucho de la máquina de tatuar no tenía agujas. Aun así, la escena causó gran rechazo por exponer al menor a una situación angustiante y violar principios básicos de protección infantil.
La directora de la Liga de Internet Segura de Rusia, Ekaterina Mizulina, calificó el hecho como “un nuevo fondo moral” y exigió acciones legales inmediatas contra los padres y contra el streamer Mellstroy. Criticó que el influencer promueva retos que incentivan conductas peligrosas a cambio de visibilidad y premios materiales. “Lanzó un concurso de hooligans para publicitar su casino. Los concursantes pueden hacer lo que quieran frente a la cámara con tal de volverse virales”, declaró.
Ante la controversia, Mellstroy —que cuenta con más de 7,6 millones de seguidores— defendió su concurso alegando que pretende regalar al menos 30 apartamentos, pero pidió a sus seguidores que no involucren a menores en los desafíos. No obstante, las autoridades rusas confirmaron que investigan el caso. La portavoz del Ministerio del Interior, Irina Volk, anunció que se inspeccionarán las condiciones de vida de la familia y se evaluará su inclusión en un registro preventivo de protección infantil.
El fenómeno Mellstroy ha encendido las alarmas en Rusia, donde miles de jóvenes han replicado sus desafíos extremos en busca de fama o recompensas económicas. Según Mizulina, muchos adolescentes se han dañado a sí mismos o destruido documentos personales para ganar notoriedad. Este caso ha reavivado el debate sobre los límites éticos de los contenidos virales y el impacto de los influencers en redes sociales, especialmente cuando la búsqueda de popularidad pone en riesgo la integridad de menores y normaliza conductas peligrosas.
