La falta de espacios seguros y la escasa formación de habilidades socioemocionales son preocupantes, señala Fundación Sociedad Educadora
Culiacán, Sinaloa a 05 de febrero del 2025.- En las calles, en la escuela y en sus propias casas, hay niñas y niños en Sinaloa que crecen en un ambiente donde la violencia es parte de su día a día, sentir que ha expresado un 92 por ciento de estudiantes entrevistados como parte de un análisis que desarrolla Fundación Sociedad Educadora, el cual comenzó en septiembre de 2024 y sigue en curso, los datos presentados son hallazgos al corte de enero.
Irving Salazar Gaxiola, director de dicha asociación civil, señaló que el levantamiento de información se realizó en 41 escuelas de Culiacán, Mazatlán, Ahome, Salvador Alvarado, Guasave, Navolato y Badiraguato, aplicando encuestas directamente en las aulas para conocer los factores de riesgo que influyen en la toma de decisiones de niñas y niños de entre 10 y 12 años.
Consideró que los resultados hasta ahora son alarmantes y dejan en evidencia una realidad urgente: la violencia, la falta de espacios seguros y la escasa formación en habilidades socioemocionales están generando condiciones que pueden llevar a las infancias por caminos peligrosos, entre ellos, el consumo de drogas.
“El miedo es una constante en la vida de estos niños y niñas. Un 92% de los alumnos encuestados confesó sentir miedo, un sentimiento que debería ser la excepción y no la norma en su desarrollo. Este miedo no es infundado: el 80% de los alumnos tiene claro que la violencia es un problema grave en su comunidad, lo que significa que la reconocen, la viven y la enfrentan diariamente”, subrayó.
Indicó que las infancias en Sinaloa no cuentan con herramientas para manejar estas emociones ni para defenderse en situaciones adversas, el 64% de los niños y niñas no sabe qué hacer si alguien más los hiere o los provoca, lo que los deja en una situación de vulnerabilidad.
“La falta de educación socioemocional los hace susceptibles a tomar decisiones impulsivas o a dejarse llevar por el entorno, aumentando el riesgo de que, en el futuro, busquen en las drogas una vía de escape para enfrentar su realidad”, sostuvo.
Añadió que entre los hallazgos relevantes también se encuentra la falta de espacios recreativos y seguros, ya que el 39% de los estudiantes afirmó que en su comunidad no existen lugares donde puedan realizar actividades de manera libre y sin peligro.
Esto no solo limita su desarrollo y bienestar, sino que también los deja sin alternativas saludables para su tiempo libre, lo que los hace más propensos a involucrarse en situaciones de riesgo.
“A esto se suma que antes de nuestra intervención, la mayoría nunca había participado en actividades para prevenir el consumo de drogas. Es decir, la información y herramientas para enfrentar estos desafíos no les han sido proporcionadas ni en la escuela ni en su comunidad”, expresó.
Irving Salazar comentó que estos resultados refuerzan la necesidad de fortalecer programas de prevención de adicciones enfocados en la salud mental y el desarrollo socioemocional de la niñez, pues no se trata solo de advertir sobre los peligros de las drogas, sino de brindarles herramientas para que puedan enfrentar su realidad con resiliencia y tomar decisiones saludables.
“Desde Sociedad Educadora, seguimos trabajando para cerrar estas brechas con programas como el Taller Momento de Decisión Aprende, donde niñas y niños pueden aprender estrategias para manejar sus emociones, desarrollar su autoestima y fortalecer su capacidad para resistir la presión del entorno”, compartió.