Japón ha anunciado que planea empezar a arrojar gradualmente al océano millones de toneladas de aguas residuales dentro de dos años, ante esto, el Ministerio Chino de Exteriores calificó la decisión de “altamente irresponsable” e “inaceptable”, por ser tomada unilateralmente “antes de agotar todas las vías seguras” para la eliminación de los residuos y “sin consultarlo plenamente con los países vecinos y con la comunidad internacional”.
Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. declaró que Japón “ha sopesado las opciones y los efectos, ha sido transparente sobre su decisión y parece haber adoptado un enfoque de acuerdo con los estándares de seguridad nuclear aceptados a nivel mundial”.
“Estados Unidos debería aceptar recibir el agua radiactiva de la central nuclear japonesa de Fukushima si de verdad cree que esta es lo suficientemente segura como para ser vertida al mar”, sugirió la portavoz de la Cancillería China, Hua Chunying.