Israel y Hamas concretaron el intercambio de mil 968 presos palestinos por 20 rehenes israelíes vivos, en lo que representa la primera fase del plan impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para poner fin a la guerra que ha devastado la región durante los últimos dos años. Además, el grupo islamista entregó los restos de cuatro personas fallecidas en cautiverio, aunque el gobierno israelí acusó a Hamas de incumplir parte del acuerdo.
Los presos palestinos fueron liberados de las cárceles militares de Ofer y Ketziot, siendo trasladados hacia Cisjordania, Jerusalén Este y la franja de Gaza. En tanto, los rehenes israelíes fueron recibidos por el Comité Internacional de la Cruz Roja y reunidos con sus familias después de 738 días de secuestro. La guerra inició con una incursión de Hamas en territorio israelí, que dejó mil 200 muertos y 250 secuestrados, mientras que la ofensiva israelí en Gaza ha provocado más de 67 mil muertes palestinas y más de 170 mil heridos.
Las escenas en Palestina estuvieron marcadas por la emoción. Miles de personas recibieron a los liberados, muchos de ellos debilitados por años de prisión. Algunos ex prisioneros denunciaron haber sufrido torturas físicas y psicológicas, incluyendo disparos con balas recubiertas de goma y descargas eléctricas. El periodista Shadi Abu Seido relató que durante su encierro padeció hambre constante y amenazas de muerte, afirmando que las condiciones en prisión eran “inhumanas”.
Hamas celebró la liberación como un “logro nacional” y acusó a Israel de practicar “las formas más duras de sadismo y fascismo moderno” contra los detenidos. En Israel, las familias vivieron momentos de profunda emoción. Einav Zangauker, madre de uno de los rehenes liberados, expresó entre lágrimas: “Matan, mi amor, se terminó la guerra”, tras abrazar a su hijo por primera vez en dos años.
Sin embargo, el intercambio no trajo estabilidad inmediata. Horas después del canje, el ejército israelí realizó redadas en varias zonas de Cisjordania, atacando viviendas de palestinos recién liberados. Paralelamente, Hamas ejecutó a más de 30 miembros de milicias apoyadas por Israel, como parte de una campaña para consolidar su control interno. El Ministerio del Interior en Gaza desplegó fuerzas de seguridad para evitar disturbios y saqueos tras el alto el fuego.
Donald Trump instó a Hamas a desarmarse completamente, aunque autorizó operaciones internas “para mantener el orden”. Por su parte, la ONU destinó 11 millones de dólares adicionales en ayuda humanitaria y aprobó la entrada de 190 mil toneladas de suministros a Gaza. En tanto, el senador estadounidense Bernie Sanders pidió un esfuerzo internacional para la reconstrucción del enclave palestino, señalando que su pueblo debe “guiar este proceso y determinar su propio futuro”.






















