Un juez federal en Nueva York cerró de forma definitiva la contrademanda de 400 millones de dólares que el actor y director Justin Baldoni interpuso contra Blake Lively, Ryan Reynolds y su representante Leslie Sloane, tras confirmar que el demandante no volvió a presentar el caso dentro del plazo establecido. La decisión, emitida por el juez Lewis Liman, deja oficialmente concluido el proceso judicial, quedando pendiente únicamente la resolución sobre los costos legales solicitados por Lively.
El magistrado comunicó su fallo el pasado viernes, después de haber advertido a las partes el 17 de octubre que dictaría una resolución final si no recibía objeciones. De acuerdo con medios estadounidenses, la única respuesta provino de Blake Lively, quien pidió que el cierre del caso fuera oficial, lo que permitiría continuar con su petición de reembolso de honorarios legales. Ni los representantes de Baldoni ni los de la actriz hicieron comentarios tras conocerse la resolución.
El conflicto judicial surgió en diciembre, cuando Lively denunció a Baldoni ante el Departamento de Derechos Civiles de California por presunta conducta inapropiada durante el rodaje de Romper el círculo y por una posterior campaña de desprestigio. En respuesta, Baldoni y Wayfarer Studios presentaron una contrademanda por extorsión, difamación e invasión a la privacidad, involucrando también a Reynolds y a la publicista de la actriz. Además, Baldoni promovió otra demanda por 250 millones de dólares contra The New York Times por publicar las acusaciones iniciales.
En junio, el juez Liman ya había desestimado gran parte de la contrademanda, al determinar que las declaraciones de Lively estaban protegidas por el privilegio de litigio, dado que fueron presentadas como parte de una denuncia formal ante autoridades. El tribunal también resolvió que ni Reynolds, ni Sloane, ni el New York Times incurrieron en difamación, ya que no existían pruebas de que hubieran actuado con mala fe o ignorando la credibilidad de la actriz.
Los abogados de Lively, Esra Hudson y Mike Gottlieb, celebraron el fallo como una “victoria total y reivindicación completa”, calificando la contrademanda como “una farsa”. En contraste, el abogado de Baldoni, Bryan Freedman, respondió que la celebración era “previsible y falsa”, insistiendo en que el caso “trata de acusaciones inexistentes de acoso y represalias” y acusando al equipo de Lively de no poder probar sus afirmaciones.
Durante el proceso, Blake Lively compartió en redes sociales el impacto personal del litigio, expresando que había sufrido “el dolor de una demanda retaliatoria” y solidarizándose con otras mujeres que no cuentan con recursos para defenderse. La actriz reiteró su compromiso con la defensa del derecho de las mujeres a denunciar acoso y a proteger su integridad en el ámbito laboral.
El juez Liman fundamentó su decisión en la legislación californiana posterior al movimiento #MeToo, que protege a las personas que denuncian acoso de ser demandadas por difamación. Con ello, el tribunal concluyó que Justin Baldoni y sus co-demandantes no demostraron fundamentos válidos para impugnar la veracidad de las acusaciones de Lively. Mientras la acción civil presentada por la actriz sigue activa, la contrademanda de Baldoni queda oficialmente cerrada, y el juicio principal sobre los hechos ocurridos durante el rodaje de Romper el círculo está programado para marzo de 2026.
