La celebración de la fiesta del Corpus Christi fue realizada este jueves 19 por parte de la Diócesis de Culiacán, pidiendo por la paz en el municipio.
Previo a las 5 pm cuando tuvo lugar la santa misa en el santuario de nuestra señora de Guadalupe, la comunidad creyente se anglomeró dentro del templo en un ambiente de paz y jovialidad, estando listos para escuchar al Obispo de la Diócesis de Culiacán, Monseñor Jesús José Herrera Quiñonez.
Monseñor, comentó que la eucaristía es el bien más precioso que como cristianos católicos tienen, siendo el don que Jesús hace de sí mismo, revelando y dando a conocer el amor infinito de Dios por cada uno, pidiendo por la paz, la familia, la no marginación en la educación y más.
«Cada vez que celebramos la eucaristía Jesús mismo de entrega por nosotros, por eso la eucaristía es un don y es un misterio de amor en el que Cristo se nos da como alimento y prenda de la futura gloria. Esta es la verdadera razón de nuestra alegría y de nuestra fiesta este día».
Tras la santa misa, la comunidad se dirigió a las inmediaciones del templo a rezar en el primer altar, siendo la dinámica de esta ocasión la elaboración de altares monumentales a lo largo de la prolongación Álvaro Obregón, continuando con la Procesión Eucarística hasta la explanada del polideportivo Juan S. Millán, prosiguiendo a orar juntos.
«Señor Jesús: somos peregrinos de esperanza. En este año jubilar hemos querido reunirnos como la gran familia que somos, tu iglesia, para recordar que juntos vamos recorriendo el camino que nos ha tocado recorrer, pero lo hacemos siempre con la esperanza de sentirnos acompañados, protegidos, sostenidos por tu misericordia. Mira nuestra ciudad marcada fuertemente por la violencia, por la muerte».
Tras ello, se continuó a la siguiente estación instalada en Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario, concluyendo con el recorrido, donde Monseñor Jesús José Herrera Quiñonez brindó la bendición con el Santísimo Sacramento a los acompañantes.
«Creo que ha sido un evento muy festivo, porque precisamente es una fiesta la que celebramos, la presencia real de nuestro señor Jesucristo en las sagradas especies del pan y del vino que se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo en cada eucaristía. Y hoy que hemos invitado a la comunidad para salir en esta procesión, pues ha sido una respuesta maravillosa, la gente se desborda cuando se le invita a manifestar su fe, a expresarla, vivirla, sobre todo cuando tenemos presente estas intenciones con las que hemos caminado y las que hemos traído en el corazón, que son pues la paz tan deseada para nuestra ciudad, la lluvia tan necesaria y también la defensa de la familia tan necesaria en nuestros tiempos».
Desde iniciado el Corpus Christi, en el transcurso de la caminata, con la presencia de la llovizna y hasta su conclusión, la comunidad permaneció tranquila, cantando y suplicando al caminar, pidiendo por la piedad, alimentación y defensa, llevando a los bienes eternos al ser del Señor, partiendo con mucha alegría y señalando que había valido la pena.
