Uno de los programas de conservación más antiguo de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) es el de la tortuga marina, perteneciente a la Facultad de Biología, el cual surgió en el año de 1976 en playa Ceuta. A casi 50 años de esfuerzo por preservar y conservar esta especie, este campo tortuguero, hoy es un referente local, nacional e internacional por los aportes y contribuciones al conocimiento científico sobre la especie, la cual es considerada un fósil viviente ya que data de la época de los dinosaurios hace más de 200 millones de años.
Ingmar Sosa Cornejo, director de la unidad académica y responsable del campo tortuguero, en el Día Mundial de la Tortuga Marina, reconoció que es una de las especies amenazadas en peligro de extinción, pero de alguna u otra manera el trabajo de conservación hecho por investigadores, tesistas, prestadores de servicio social y comunidad, gracias a las investigaciones y el trabajo conjunto con la comunidad generando conciencia, han logrado que esta familia siga sobreviviendo.
“Es importante reflexionar sobre esto, porque estas especies que han logrado sobrevivir tantos millones de años son indicadores de una salud del ecosistema, a qué nos referimos, a que nos indican qué tan saludable está un ecosistema en este caso el marino y la parte terrestre cuando las hembras salen a las playas a desovar”, compartió.
Desde el punto de vista social y económico de esta especie es que fue un recurso pesquero sobre explotado, además de ser considerada para cuestiones religiosas por ciertos grupos étnicos, hoy los trabajos de conservación han permitido visibilizarla con otro enfoque en el ecoturismo o turismo ecológico.
La constante de este programa de la UAS, ha influido también en los tomadores de decisiones en políticas públicas, en el año de 1986 estos trabajos llevaron a declarar a este sitio como área natural protegida.
“Para nosotros el programa de la tortuga marina, es un laboratorio extra para complementar actividades de las clases que toman los alumnos y cumpliendo así con objetivos planteados de la ODS que es ofertar educación de calidad, donde estamos formando a nuestros alumnos con información ecológica, científica y conservación de la fauna y de la vida silvestre, formando con ese criterio científico a los alumnos para poder aportar más conocimiento”, compartió.
Entre los factores que tienen amenazada a la especie, principalmente dijo es el factor antropogénico como el saqueo de los huevos, la modificación del hábitat o de anidación por el desarrollo urbano, la pesca incidental o furtiva, además la parte biológica al tardar mucho tiempo en alcanzar su madurez sexual, sus predadores naturales que son parte de la cadena trófica, así como el cambio climático o calentamiento global”, mencionó.
“Por ejemplo, nosotros en el área de anidación estamos observando que gracias a que se tiene menos precipitación y humedad, ello está afectando la natalidad de la tortuga marina. El año pasado lo vivimos, tuvimos una alta mortalidad embrionaria desafortunadamente, pero además la temperatura determina el sexo en la tortuga, entonces al tener altas temperaturas se están generando puras hembras, lo que puede influir en la población”, citó.
Con esta información, como investigadores implica buscar y dar alternativas para que la especie continúe manteniéndose. Sinaloa es un lugar privilegiado al rodearnos por el Mar de Cortés y el Pacífico donde anidan y se tiene la presencia de cuatro especies, entre ellas la tortuga golfina, por esta geografía y por todo lo que representa la especie sigan cuidando de ella y sus ambientes, exhortó.